JENARO VILLAMIL
La historia quedó atrás.
El historiador Lorenzo Meyer no lo duda: la aprobación de la reforma energética en la Cámara de Diputados el jueves 12 –día de laGuadalupana– fue un acto perfectamente planeado: detrás de todo hubo “una inteligencia perversa, maquiavélica”.
El único punto que queda fuera de la reforma energética aprobada por la mayoría del PRI, PANy Partido Verde en el Congreso es “cómo eliminar la corrupción, la variable fundamental en esta red de intereses”, afirma el historiador Lorenzo Meyer.
Para Meyer, conocedor de los entretelones de laindustria petrolera antes y después de la expropiación de 1938 y crítico de la decisión adoptada en el Senado la semana pasada, se requería de una decisión formidable: “enfrentar la corrupción yhacer de Pemex una empresa con compromiso y servicio, con un proyecto de largo plazo, con un espíritu de independencia, con una idea de futuro de sociedad y de nación”.
Petróleo: su peso histórico.Meyer leyó la exposición de motivos del dictamen de reforma energética elaborado por los negociadores del PRI y del PAN. Su primera sorpresa fue darse cuenta de que, asegura, “no hay ni un soloreconocimiento de lo que hicieron en el pasado al enfrentarse a los grandes intereses de entonces.
“No hay un solo reconocimiento, ni en la (fracción) del PAN, menos aún en la del PRI. Ellos dicen que lahistoria es una carga, que hay que deshacerse de eso. No entienden que la historia es una concepción del mundo.
“Es curioso que en Estados Unidos –la democracia más liberal del mundo– nunca dejan de hacerreferencia a su historia. Aquí no. Para éstos la historia es un distractor; en Estados Unidos es una fuente de inspiración.”
La expropiación petrolera empezó muy temprano, desde 1902. México seconvirtió en uno de los primeros en hacer una legislación retroactiva y lo plasmó en la Constitución de 1917.
“Le costó muchísimo al país. Cárdenas supo usar una coyuntura favorable para cristalizar lo...
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