Katherine Neville - El ocho
legendario ajedrez que perteneció al emperador
Carlomagno. El campeón soviético de este deporte, de
gira por Nueva York, le advierte que corre un grave riesgo si se empeña en encontrar las piezas, pues en ellas
reside la clave de una antigua fórmula ligada a la alquimia, la masonería ylos poderes cósmicos. Ese mágico
ajedrez, enterrado durante mil años en una abadía francesa, nos conducirá -de 1790 a
1970- por la historia de los personajes que poseyeron sus piezas y por la larga serie de crímenes que se cometieron para
hacerse con ellas. Los personajes van desde Napoleón,
Robespierre y Casanova, hasta
Voltaire, Newton o Catalina la
Grande. Pero los crímenes todavía nohan terminado.
punto de lectura
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Katherine Neville
punto de lectura
El Ocho
El ajedrez es la vida
BOBBY FISHER
... la vida es una especie de ajedrez.
BENJAMIN FRANKLIN
LA DEFENSA
Los personajes suelen estar a favor o en contra de la
búsqueda. Si la apoyan, se los idealiza simplemente como
valientes o puros; si la obstruyen, se los tilda desimplemente como infames o cobardes.
Por consiguiente, todo pesonaje típico... suele enfrentarse con su contrario moral, como las piezas blancas y
negras.
NORTHROP FRYE
Anatomy of Criticism
Abadía de Montglane,
Francia
Primavera de 1790
Una bandada de monjas cruzó la carretera y sus almidonados griñones revolotearon sobre sus cabezas como las alas de las grandes aves marinas. Cuandoatravesaron las grandes puertas de piedra de la
ciudad, gallinas y gansos abandonaron prestamente el sendero, aleteando y chapoteando en los charcos
de barro. Todas las mañanas las monjas se desplazaban por la niebla oscura que rodeaba el valle y, en
mudas parejas, se dirigían hacia el sonido de la grave campana que llamaba desde las colinas.
Designaban a esa primavera "Le Printemps Sanglant", laprimavera sangrienta. Los cerezos habían
florecido temprano, mucho antes de que se derritieran las nieves de las altas cumbres. Sus frágiles ramas
caían hacia la tierra por el peso de los capullos rojos y húmedos. Algunos consideraron esa floración
prematura como un buen augurio, símbolo de renacimiento tras el prolongado y cruel invierno. Entonces
llegaron las lluvias frías y congelaron lasramas floridas, cubriendo el valle con una gruesa capa de flores rojas salpicadas por las manchas marrones de la escarcha. Como una herida en la que se coagula la
sangre. Se consideró que esto era otro tipo de señal.
En lo más alto del valle, la abadía de Montglane erigía como un descomunal saliente rocoso en la
cima de la montaña. Hacía casi mil años que la estructura crecida a una fortalezano había sido tocada
por el mundo exterior. Estaba formada por seis o siete capas de pared construidas una sobre otra. Con
el correr de los siglos, a medida que las piedras originales se desgastaron, se instalaron nuevas paredes
en el exterior de las antiguas, provistas de contrafuertes suspendidos. El resultado fue una melancólica
mezcolanza arquitectónica cuyo aspecto dio pábulo a los rumoressobre el lugar. La abadía era la más
vieja estructura eclesiástica de Francia que permanecía intacta y contenía una antigua maldición que
muy pronto se reavivaría. A medida que la ronca campana retumbaba en el valle, una tras otra las monjas que aún quedaban desviaban la mirada de sus labores, dejaban a un lado azadas y rastrillos y cruzaban las largas y simétricas filas de cerezos paraascender por el escarpado camino que llevaba a la abadía.
Al final de la larga procesión caminaban del brazo dos jóvenes novicias, Valentine y Mireille,
andando con tiento con las botas cubiertas de barro. Creaban un extraño contraste con la ordenada fila
de monjas. Mircille, alta, pelirroja, de piernas largas y hombros anchos, parecía más una sana granjera
que una monja. Sobre el hábito llevaba un...
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