la ciencia
Escuela de Ciencias Sociales y Humanidades
Programa de Estudios Generales Cátedra de Filosofía
Tarea (50pts/20%)
La Ciencia en su Historia
Código 075
Estudiante. Laura María Miranda Hernández.
Grupo: 1
Centro Universitario: Tilarán.
III Cuatrimestre 2014.
Fecha: 8 Noviembre 2014Un Texto Tergiversado: Gn 1, 26-30
(De Giacomo Panteghini )“Desde hace unos treinta años circula la acusación contra la tradición hebreo-cristiana de haber favorecido el desastre ecológico al presentar una visión antropocéntrica del mundo. Visión que luego el occidente cristiano habría exasperadocon su típico pragmático y juridicismo. Una acusación que presume enseñar en el texto del Génesis que somete el mundo al hombre la raíz religiosa y cultural de la actualidad anti- ecológica de occidente.
Es la denuncia que en los años sesenta Lyn White lanzaban en diversos escritos en los que, al indagar por la causa de la presente degradación ecológica, juzgaba que podrían localizarlaprecisamente en la idea bíblica del hombre creado a imagen de Dios en cuanto dominador de la naturaleza. Según White, no habría ninguna religión tan antropocéntrica como la religión cristiana, particularmente en su versión pragmática occidental. El cristianismo oriental, en efecto, habría desarrollado perfectamente la dimensión mística y contemplativa y en consecuencia sería menos responsable de haberestimulado la explotación de la naturaleza. En Occidente únicamente se salvaría Francisco de Asís, a quien White propone como patrono de los ecologistas.
De una manera más fuerte aún, tal denuncia es retomada por C. Améry, según el cual, el Antropocentrismo bíblico ha generado en el hombre una deletérea conciencia de superioridad sobre la naturaleza con desastrosa consecuencias sobre el propio hombre.El texto en cuestión es Gn 1, 26-30, que debemos releer con la mayor atención:
“ Y dijo Dios : ‘Hagamos al ser humano a nuestra imagen, como semejanza nuestra, y mande en los peces del mar y en las aves de los cielos, y en las bestias y en todas las alimañas terrestres, y en todas las sierpes por la tierra’(…)
(…)’ Henchid la tierra y sometedla; mandad en los peces del mar y en las aves delos cielos y en todo animal que serpea sobre la tierra’.
Dijo Dios: ‘Ved que os he dado toda hierva de semilla que existe sobre el haz de toda la tierra, así como todo árbol que lleva frutos de semilla: para vosotros será alimento’” (Gn 1, 26.28-29).
Con tales palabras Dios habría confiado el mundo al hombre, permitiéndole disponer a su gusto, favoreciendo un antropocentrismo arrogante ydestructivo. Aquí encontraría su origen y justificación la sistemática destrucción de la naturaleza, sosteniendo muchos ecólogos para quienes el cristianismo se habría convertido en un factor claramente amenazante para el equilibrio ecológico.
Tal situación, sin embargo, evidencia poca seriedad, puesto que se funda sobre una desfiguración del texto y del contexto en que se sitúa.
En el plano exegéticose pasa por alto el hecho del que el señorío al que se alude no se entrega al capricho del hombre, sino no que posee precisos límites y orientaciones. El hombre es señor en calidad de “imagen de Dios”. En tal condición, está obligado a ejercer su dominio sobre la naturaleza obedeciendo al modelo de un Dios que no explota a sus criaturas, sino que promueve su crecimiento. Es esto lo que expresa Gn2,8.15, en donde se afirma:” tomo, pues, Yavé Dios al hombre y le dejo en el jardín de Edén para que lo labrase y cuidase”.
Labrar y cuidad hacen que se sobreentienda el cuidado y el respeto hacia la naturaleza, la cual responde a las expectativas del hombre solo si se siente respetada en sus leyes y en sus ritmos. La misión confiada por Dios al hombre consiste en tener cuidado, en procurar...
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