LA CONSTITUCI N VIVIENTE
Miguel Carbonell**
E
n México estamos siempre ocupados (y preocupados) por las
constantes reformas constitucionales, que sin pausa y sin tregua
te las últimas décadas. En otros países, como por ejemplo en Estados
Unidos, la preocupación surge precisamente por el motivo contrario:
por la falta de movilidad de su texto constitucional, derivado de las di1
Cuando unaconstitución tan antigua en el tiempo como lo es la norteamericana no puede ser actualizada a través del mecanismo de reforma, lo que se impone es discutir hasta qué punto resulta indispensable
una interpretación constitucional evolutiva, que permita dotar al texto
del sentido de realidad y de contemporaneidad que logre evitar su natural desgaste.
A partir de que se reconoce la pertinencia de unametodología interpretativa de carácter evolutivo es que surge el concepto de “Constitución viviente” (living constitution, en inglés). Una Constitución viviente, dice David Strauss, es una constitución que evoluciona, que cambia
con el paso del tiempo y que se adapta a las nuevas circunstancias, pese
forma constitucional.
Se trata de un concepto plausible, considerando que todos deseamos
que elderecho en general vaya acompasado con el cambio social, dadas las enormes desventajas que tiene el que el orden jurídico se quede atrás respecto a la realidad. Pero en Estados Unidos el concepto de
“Constitución viviente” ha sido duramente contestado.
* Comentario/reseña a Strauss, David, The Living Constitution, Oxford University Press,
Nueva York-Oxford, 2010, 149 páginas.
** Instituto deInvestigaciones Jurídicas de la UNAM . Correo electrónico: miguelc6@
hotmail.com.
1
Un estudio muy amplio sobre los problemas y dilemas de la reforma constitucional en los
Estados Unidos puede verse en Levinson, Sandford (editor), Responding to Imperfection. The
Theory and Practice of Constitutional Amendment, Princeton University Press, Princeton, 1995.
ISONOMÍA No. 35 / Octubre 2011
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Dicen sus críticos que aceptar que una constitución pueda sufrir
cambios por vía interpretativa, sin ser formalmente enmendada, genera
enormes riesgos. La Constitución viviente –dicen quienes discrepan–,
permite que su texto sean manipulable. Además, la adaptación del texto constitucional a la realidad, ¿en manos de quién recae? ¿estamos seguros que quienes interpretan la forma en que la cartasuprema debe
cambiar lo hacen de buena fe o a través de interpretaciones adecuadas,
o bien podemos pensar que –por el contrario– lo hacen con base en sus
propias ideas y planes políticos?2
Las tesis contrarias a la idea de la Constitución viviente se agrupan
bajo la etiqueta del “originalismo”, que propugna interpretar la Constitución de forma estricta, según sus palabras o según la intención delos
redactores del texto.3 Para los originalistas, no hay dilema alguno que
resolver ya que la Constitución –a pesar de haber sido escrita hace más
de 200 años– sigue ofreciendo respuestas adecuadas a los problemas
del presente.
nalismo y las confronta con las propuestas del constitucionalismo viviente. Lo que nos muestra es un fresco de gran calidad en cuyo fondo se encuentra el tema másimportante de la teoría constitucional de
nuestros días: la interpretación de las normas supremas.
Strauss parte de una evidencia: el procedimiento para reformar la
Constitución de los Estados Unidos es tan complejo que, a estas alturas, resulta impracticable.4 A partir de ahí la pregunta interesante es:
¿cómo reconciliar los límites que impone una constitución escrita (y
por tanto estática en su texto, enausencia de reformas al mismo), con
una realidad dinámica y siempre cambiante, de forma que la carta su2
Sobre el razonamiento judicial, de entre las muchas obras que se podrían citar, quizá
valga la pena revisar el libro de Posner, Richard, How Judges Think, Harvard University Press,
Cambridge, 2008.
3
El originalismo tiene entre sus defensores más conocidos al juez de la Suprema Corte de
los...
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