La dictadura del patriarcado y la insurgencia maculina
(menos “hombres de verdad” y más humanos)
Carlos Lomas 1
“Si los hombres todavía les niegan el poder a las mujeres,
¿cómo pueden producir un discurso político emancipador
sobre la masculinidad y subvertir su propio dominio?”
Middleton, 1992 (: 7)
Introducción
En las últimas décadas, y al compás de las vindicaciones feministas afavor de la igualdad entre mujeres y hombres, los estudios sobre la identidad femenina se han ocupado de indagar sobre la tupida red de mediaciones subjetivas y culturales (desde el origen sexual hasta el entorno familiar, el uso del lenguaje, la influencia del grupo de iguales, de la institución escolar, de la tradición religiosa y cultural o de los textos de la cultura de masas…) que influyen de unamanera significativa en la construcción social de la feminidad y del imaginario femenino a la vez que han mostrado con claridad cómo la dictadura del patriarcado ha tenido y sigue teniendo aún hoy efectos indeseables de opresión, desigualdad y violencia en la vida íntima y en la vida pública de la mayoría de las mujeres del planeta. Por el contrario, la identidad masculina no ha sido objeto hastahace unos años de un estudio y de una indagación crítica semejantes orientados a mostrar el modo en que la construcción social de la masculinidad está en el origen tanto del aprendizaje cultural de las diversas formas de ser hombre en nuestras sociedades como de esa opresión, desigualdad y violencia que sufren tantas mujeres en el mundo.
Los estudios de género2 surgen en el contexto de lasciencias sociales con la intención de contribuir a la transformación democrática de unas sociedades caracterizadas por una radical desigualdad entre mujeres y hombres. Los estudios sobre la feminidad y sobre la masculinidad contribuyen así a visibilizar la injusticia y la inequidad de las relaciones entre unas y otros y a entender esas relaciones como relaciones de poder en la esfera íntima y en lavida pública que han sido construidas a lo largo del tiempo y que son el efecto de una construcción cultural y, en tanto que tal, esa construcción puede demolerse y (re)construirse de nuevo sustentándose en la equidad y en la justicia entre mujeres y hombres. En este sentido el género es un concepto dinámico y una categoría de análisis que demuestra que los estereotipos, ideologías, conductas yformas de vidas asociadas convencionalmente a lo femenino y a lo masculino varían considerablemente de una cultura a otra y que las mujeres y los hombres no son esencias universales e inalterables sino existencias concretas, cambiantes y ajenas a la uniformidad. En este sentido, Butler (1990) habla deperformance para subrayar la idea de que el género no es una esencia ni algo inmutable y acabado sinoun proceso que se desarrolla a partir de la diferencia sexual y de otros factores sociales (clase, raza, etnia, edad…) a través de formas de vida, de formas de pensamiento, de actos y de conductas. De ahí, el vínculo indudable entre esa performance con una actuación teatral y por tanto con la interpretación de guiones diferentes en la escena pública. En una dirección semejante apunta Gil Calvo(2006) al aludir a las máscaras masculinas que permiten a los hombres interpretar el papel de héroes, patriarcas y monstruos en el espectáculo cotidiano de la vida social.
Los estudios sobre la identidad masculina, y en especial los estudios feministas, sociológicos y antropológicos sobre la masculinidad3, han subrayado la idea de que la masculinidad no es una esencia innata ni un hecho sólobiológico sino también y sobre todo una construcción cultural, es decir, el efecto en cada hombre, en cada época y en cada sociedad de una retahíla de creencias, conductas, normas y estilos de vida que otorgan a los hombres –aunque de manera desigual– una serie de privilegios simbólicos y materiales por el sólo hecho de haber nacido hombres y de no ser mujeres. La masculinidad, en este sentido, ha de...
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