La prision de la libertad
Michael Ende
Endeland
LA PRISION DE LA LIBERTAD
Das gefängnis der freiheit
MICHAEL ENDE
Endeland 2007 http://endeland.es.tl
** En la edición original cuenta con notas de Michael Ende
1
La prisión de la libertad
Michael Ende
Endeland
INDICE
La Meta De Un Largo Viaje
3
El Pasillo De Borromeo Colmi
36
La Casa De Las Afueras41
Sin Duda Algo Pequeño
51
Las Catacumbas De Misraim
58
Notas De Max Muto, Viajero Por El Mundo Del Sueño
78
Cuento De La Mil Y Once Noche
87
La Leyenda De Indicavía
99
2
La prisión de la libertad
Michael Ende
Endeland
LA META DE UN LARGO VIAJE
Con ocho años Cyril conocía todos los hoteles de lujo del continente europeo y la
mayoría de los delPróximo Oriente, pero más allá de esto no sabía prácticamente nada
del mundo. El portero con librea que en todas partes llevaba las mismas imponentes
patillas y la misma gorra de visera era, por así decir, el policía de fronteras y el guardián
de su infancia.
El padre de Cyril, lord Basil Abercomby, era miembro del servicio diplomático de su
majestad la reina Victoria. La sección en la quetrabajaba era difícil de definir: se
dedicaba a los así llamados asuntos especiales. En cualquier caso obligaba al lord a
desplazarse constantemente de una gran ciudad a otra, sin permanecer nunca más de un
mes o dos en el mismo sitio. Por necesidades de su movilidad empleaba el menor
número posible de personas a su servicio. Entre ellas se hallaban, en primer lugar, su
ayuda de cámara Henry, MissTwiggle, la institutriz, una señorita madura con dientes de
caballo que tenía por obligación atender a Cyril y enseñarle buenos modales, y por fin
Mr. Ashley, un joven demacrado y descolorido, si se prescinde de su afición a
emborracharse durante sus horas de ocio en soledad y ensimismamiento totales. Mr.
Ashley servía a lord Abercomby de secretario privado y al mismo tiempo ocupaba el
cargode tutor, es decir, de profesor particular de Cyril. El interés paternal de lord Basil
se agotaba en la contratación de estas dos personas. Una vez por semana cenaba a solas
con su hijo, pero como ambos no tenían otro empeño que no permitir que el otro se le
acercara demasiado, la conversación se arrastraba más bien con dificultad. Al final
padre e hijo se sentían igualmente aliviados de que,una vez más, hubieran superado el
encuentro.
Cyril, ya por su aspecto, no se trataba de un niño que despertase simpatías. Su figura era
desgarbada -lo que en general sólo se dice de personas mayores-, tenía una constitución
huesuda, desprovista de carne, pelo pajizo, incoloro, ojos acuosos algo protuberantes,
labios gruesos que expresaban descontento y una barbilla extraordinariamente larga.Lo
más curioso, sin embargo, en un muchacho de su edad era la total ausencia de
movimiento en el rostro. Lo llevaba como una máscara. La mayoría de los empleados de
los hoteles le consideraban arrogante. Algunos -sobre todo las camareras en países
mediterráneos- temían su mirada y evitaban encontrarse a solas con él.
Eso era naturalmente una exageración, pero no obstante había algo en elcarácter de
Cyril que todos los que le trataban notaban y que a todos asustaba: su excesiva fuerza de
voluntad. Por fortuna ésta sólo se manifestaba de vez en cuando, pues en general Cyril
actuaba con indolencia, no demostraba ningún interés concreto y parecía carecer
totalmente de temperamento. Podía pasarse días enteros en el hall del hotel observando
a los clientes que llegaban o partían, oleyendo lo que encontraba a mano, ya fuera el
periódico financiero o la guía para los baños termales, cuyo contenido olvidaba en el
acto. Su actitud arrogante cambiaba radicalmente cuando tomaba una determinación.
Entonces no había nada en el mundo que le distrajera de su objetivo. La cortesía distante
con la que solía manifestar sus deseos no admitía contradicción. Si alguien intentaba...
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