Lenguaje
Hipótesis del período crítico
Según la hipótesis del período crítico, postulada por E. Lenneberg (1967), la capacidad para adquirir el lenguaje merma al alcanzar la pubertad, dado que el cerebro pierde plasticidad, circunstancia que implica una disminución sensible de la capacidad para aprender una lengua.
Posteriormente se han planteadohipótesis menos categóricas, que apuntan hacia la existencia de un período ventajoso o privilegiado o de múltiples períodos críticos para la adquisición del lenguaje. El común denominador de todas estas teorías es que el aprendizaje de una segunda lengua después de cierta edad difiere sensiblemente del aprendizaje de la primera lengua, dado que una vez que el cerebro ha superado una cierta etapaevolutiva, al aprendiente le resulta difícil acceder al Dispositivo de adquisición del lenguaje y a la Gramática universal.
E. Lenneberg se basa en argumentos fisiológicos, tales como modificaciones en la composición química de la corteza cerebral, en la substancia blanca, en la neurodensidad o en la frecuencia de las ondas cerebrales. Un concepto clave en su teoría es el de la lateralizacióncerebral, relacionado con los hemisferios del cerebro. Como es sabido, cada hemisferio y, más en concreto, cada zona del cerebro tiende a especializarse en unas determinadas funciones o en un determinado tipo de procesamiento. Así, el procesamiento del lenguaje se produce preponderantemente en el hemisferio izquierdo, si bien es cierto que el derecho también interviene, por ejemplo, para el procesamientode la entonación. En síntesis, el argumento del autor es que las zonas cerebrales idóneas para el aprendizaje de una lengua pierden considerablemente su potencial de aprendizaje al llegar a la pubertad -etapa de la vida que en la teoría de Piaget se conoce como el estadio de operaciones formales, 11-15 años de edad-; dado que a partir de entonces esas zonas ya son poco aptas para el aprendizaje deuna L2, se debe recurrir a otras zonas del cerebro y readaptarlas para el nuevo tipo de aprendizaje y procesamiento lingüístico; en tales circunstancias, el aprendizaje de la L2 se lleva a cabo en desventaja con respecto del aprendizaje de la L1, por lo que resulta sumamente difícil lograr un resultado equiparable.
Mediante un sistema de conversión de resonancias magnéticas en imágenes (magneticresonance imaging), K. Kim et al. (1997) demuestran, al menos en parte, la veracidad del postulado de E. Lenneberg: en los sujetos que aprenden en la infancia dos lenguas, ambas comparten prácticamente el mismo espacio en el área de Broca (lóbulo frontal), mientras que en los sujetos que aprenden después de la infancia una L2, esta ocupa un espacio diferenciado del de la L1, con una zona mínimade solapamiento. En el área de Wernicke, situada en el lóbulo temporal, por el contrario, en ambos tipos de sujetos se observa una única zona compartida por las dos lenguas.
Ahora bien, el hecho de que los adultos que inician el aprendizaje de una L2 difícilmente alcancen un nivel de nativo, por ejemplo, en aspectos gramaticales complejos (E. L. Newport, 1990), tales como la conjugación verbalespañola, y que sólo en casos excepcionales lleguen a adquirir una pronunciación equiparable a la de un hablante nativo (T. Bongaerts et al., 1997) no debe atribuirse exclusivamente a factores fisiológicos (lateralización cerebral, merma de la capacidad sensorio-motriz, etc.). Deben tenerse en consideración otros múltiples factores de muy diversa índole, directamente relacionados con la edad, talescomo la motivación por el aprendizaje de la L2, la voluntad de integración en la comunidad de habla extranjera, el tiempo disponible para la práctica o el estudio de la L2, el tipo de interlocutores nativos dispuestos a cooperar en el aprendizaje, la interferencia de la L1, etc.
Generalmente, los niños muestran menos prejuicios a la hora de asimilar un nuevo sistema gramatical, fónico,...
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