Liliana Regalado
NOSOTROS Y LOS OTROS. REFLEXIONES EN TORNO A LA ALTERIDAD Y SU CONFIGURACIÓN EN EL PERIODO COLONIAL
Liliana Regalado de Hurtado
Pontificia Universidad Católica del Perú
Las urgencias de la colonización, la creciente información sobre el Nuevo Mundo y, especialmente, acerca de sus habitantes desembocaron en una polarización de opiniones que, aparentemente, nodio lugar a posiciones intermedias, no solo cuando se debatieron los derechos de la Corona española para conquistar y colonizar América sino también al definirse y ponerse en prácticas las políticas oficiales relacionadas a los derechos de los indígenas y al tratamiento que debería depararse a los nativos americanos y a sus autoridades tradicionales. El indio fue idealizado como un inocente salvaje,ennoblecido por su vida en contacto con la naturaleza o visto como un ser degradado física y moralmente. En el primer caso, resultaba débil y profundamente vulnerable —incluso por el demonio — mientras que, en el segundo, era la expresión del mal “[...]de donde se sigue que el pecado grave por el cual desde su principio les ha seguido y seguirá, con la maldición de la Divina Mano que les haaborrecido, haciéndolos por su Divino Saber perversos de iniquidad y oprobio -como de su dura obstinidad se presume-, es parte para que en ellos no se pueda injerir algún pimpollo que dé verdadero fruto. Son tan sucios y malos y viles, de bajo entendimiento medrosos corazones que me atrevo a decir que en ninguna manera son buenos para servir a Dios, si Dios no les muda los corazones como le mudó a SanPablo[...]” (Álvarez [1588] 1988: 73). Empleando como referentes las nociones de reconocimiento y alteridad relativa de Lévinas1 intentaremos ofrecer líneas de análisis acerca de la manera cómo se configuró la identidad de lo indígena, español y mestizo en el plano del pensamiento y, por ende, en el discurso colonial. El énfasis estará puesto en la manera como los integrantes de cada uno de estostres grupos pensaron a los “otros”, sus contemporáneos dentro de la sociedad colonial. Quienes consideraban al indígena como un ser simple, feliz y bondadoso, relacionaron sus costumbres con la vida desarrollada en un marco paradisíaco, 55 BIRA 33 (Lima): 55-62 (2006)
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apuntando a un determinismo geográfico de lo social. Endirecta correspondencia con las condiciones geográficas excepcionales, la situación de los indígenas mostraba un estado plenamente dichoso. Ante todo, poblaban aquel paraíso las mujeres más sensuales (deseadas naturalmente por los viajeros y expedicionarios) habituadas a costumbres extremas en cuanto a libertad sexual. De otro lado, las virtudes espirituales de aquellos seres descansaban en un cuerpotierno que debía ser preservado del esfuerzo físico (Berchanski 1980: 166). Quienes denigraron al indio haciendo hincapié en los aspectos más discutibles de su tradición cultural, lo mostraron como expresión de una humanidad degradada y salvaje, rebajado a la condición de animal. Al mismo tiempo, enfrentaron esa imagen a la de un cristiano– español idealizado, acreedor por sus virtudes, al dominiode las tierras recientemente descubiertas. Hay que recordar que durante la Edad Media el todavía precario desarrollo de las ciencias de la naturaleza y la permanencia de un conjunto de creencias de carácter legendario hicieron posible que a nivel popular pero también en los círculos letrados se admitiese, por ejemplo, la existencia de hombres con un ojo en medio del vientre y animales igualmentefabulosos (Lefebvre 1974: 41) de manera tal que este tipo de imaginería se conservará en gran parte en la naciente modernidad y servirá para percibir a la realidad americana. Así las cosas, decadencia frente a progreso, determinismo de la historia basado en la idea de la influencia del medio geográfico o debido a la pertenencia étnica, serán criterios válidos para describir y juzgar a los...
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