Los cerebros
"Los cerebros que se van y el corazón que se queda" Magali García Ramis
Tiene que haber un momento preciso del día cuando toman la decisión. Quizás amanecidos una noche, al despuntar el alba miran al cielo y ven a Venus alineado a la Luna y al ir bajando su mirada verticalmente y enfrente a su casa, los cristales del auto rotos a pedradas. Venmás allá: toda la fila de carros con las ventanas rotas; miran más aun y se topan con el horizonte de la urbanización tan nueva que prometía en anuncios a colores tranquilidad y seguridad para toda la familia bajo un nombre bilingüe de cache y ambigüedad, atributos que tanto nutren a los puertorriqueños: ¿Úcares Heights? ¿Alturas de Reinita Hills? ¿En cuánto me salió el pronto de esta casa?¿Cuánto tiempo pasará antes de que me den un aumento para ampliar la marquesina y poder poner los dos carros adentro? ¿Cuántos años faltan para que la nena me pida el carro y vuelva un día de madrugada justo cuando la ganga de manduletes rompe-carros este merodeando el vecindario y...? y debe ser un día, al amanecer, que toman la decisión de irse del país, todos esos hombres y mujeres que ahora no sellaman exiliados como los del siglo pasado, ni emigrantes como los de principios de siglo, ni tomateros como los de los años '50 y '60, sino "Cerebros".
Cerebros; esa gran masa encefálica que como nube nuclear se desplaza lenta y constantemente hacia el extranjero; esos sesos con patitas que se suben a diario a los aviones rumbo a otra vida: doctores a Dallas, profesoras a Boston, maestros aRutgers, pintores a San Francisco, trabajadores sociales a Nueva York, enfermeras a Chicago, arquitectos a Miami, investigadores a Washington, sociólogas a México, ingenieros a Arabia Saudita, todos profesionales, porque “Cerebro” es aquí sinónimo de un graduado universitario o una experiencia profesional y abarca lo mismo policías, sicólogos, recién graduados que treintoncitos, y todos, a faltadel tren de la ausencia, se montan en el avión del recuerdo.
Todos tienen algo roto, por eso se van; si no es el cristal del carro, es el matrimonio. Los Cerebros se mudan por muchas razones pero todas tienen que ver con la falta de algo. Con el trabajo que no le dieron porque para mala pata él pertenece al partido que perdió; con la seguridad que no existe en la casa donde la asaltaron aella, tres veces ya; con la familia que no está porque al divorciarse , ella se casó de nuevo y se llevó los nenes y él está solo en la casa y además no quiere verle más la cara a ella. Entonces aparecen los anuncios que tienen sueldos de cinco cifras, gorditas ellas, y las promesas de n lugar donde no hay rotos ni en las calles.
Los cerebros entonces empacan, cierran sus cuentas y sedespiden. Siempre vuelan de día, porque llevan muchas cosas consigo en los aviones: Siempre vuelan de día, porque llevan muchas cosas consigo en los aviones: libros, serigrafías, discos, fotos, y una exageración de ropa que no van a usar Allá porque en los lugares templados a donde usualmente se desplazan los Cerebros, la gente no se viste con tantos colorinches ni necesita, como los puertorriqueños,tener ropa distinta para treinta días seguidos.
Al llegar Allá, donde sea, los Cerebros consiguen bonitas casas que no necesitan rejas; por sus ventanas abiertas los pillos no entran pero las añoranzas salen. Cuando se mudan a un apartamento echan de menos los balcones del trópico pero enseguida aplastan esa nostalgia innecesaria porque se trata, después de todo, de no pensar en losespacios, sino en las especias y las especies, en el trabajo reproductor de bienes; en la buena calidad de los hospitales donde reproducirse, donde traer al mundo a sus pequeños herederos no es tan traumático como en la isla. Porque los servicios médicos de Allá siempre han de ser mejores que los de Acá, pero uno sabe eso sin haberse mudado. Lo dicen las revistas, la prensa, los que van y vienen....
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