Japonismo: la influencia japonesa en el arte europeo Escrito por Guzmán Urrero Miércoles 23 de Junio de 2010 23:28 http://www.guzmanurrero.es/index.php/Arte/japonismo-la-influencia-japonesa-en-el-arteeuropeo.html consultado 15-10-10, 10:36 pm Es evidente un fuerte influjo del arte japonés en la técnica de los creadores europeos del XIX. A la fascinación por los relatos llegados de Extremo Orientese suma la inspirada por los objetos de arte, en particular la despertada por los grabados japoneses. Esa fascinación no ha desaparecido desde el momento mismo de su surgimiento. Diversas escuelas de pintores e ilustradores, sobre todo a fines del XIX, se vieron enriquecidas por el arte japonés. Este progreso del japonismo parte de mediados del citado siglo, situándose primero en París y luego enLondres. El crítico de arte francés Philippe Burty fue el primero en emplear el término japonismepara definir ese gusto por lo nipón que fascinó a pintores como Manet, Degas, Monet, Toulouse–Lautrec y Gauguin. Thomas Zacharias destaca entre los ejemplos más notables de este proceso un óleo de Van Gogh, “Japonisería: Puente bajo la lluvia” (1887), que reproduce magistralmente una xilografía deHiroshige Utagawa, “Puente Ohashi, chubasco repentino cerca de Atake” (1847); y un dibujo a carboncillo y pluma también obra de Van Gogh, “Un campo a la salida del sol” (1889), claramente inspirado por un dibujo de Hokusai Katsushika, “Paisaje de la Manga” (1814). A juicio de Zacharias, cuando los puertos japoneses iniciaron su comercio con Occidente en 1853, dio comienzo aquella influencia de laestética japonesa en Europa, apenas apreciada en su justo valor que iría más allá del modernismo. Afectó a todos los campos de la artesanía y el diseño, impulsó nuevas tendencias constructivas y, sobre todo, irrumpió como una revelación en el comienzo de la llamada pintura moderna de Edouard Manet y Edgar Degas, Van Gogh, Paul Gauguin y Henri de Toulouse–Lautrec, hasta Gustav Klimt y Egon Schiele. Lasensibilidad para captar el arabesco en lugar del volumen, la superficie pictórica autónoma en lugar del espacio ilusionista, el valor del punto y la línea, el color y el ritmo, en lugar del valor representativo; y ante todo la sensibilidad para reproducir los sentimientos expresivos en lugar de la imitación de la naturaleza. Los pintores europeos de la vanguardia encontraron aquello que tanto lespreocupaba en una expresión artística madura representada por las cromoxilografías japonesas que aparecieron en Europa, y sobre todo en París, a partir de los años 60. El XIX es un siglo en que la pintura de tema orientalista triunfaba en Europa, con ejemplos tan notables como los franceses Jean Léon Gérôme y Henri Renault o el inglés John Frederick Lewis, influyentes a su vez en literatos comoLoti o Blasco Ibáñez. Este gusto por lo exótico no se detuvo en el mundo árabe y pronto alcanzó las costas de China y Japón. La primera gran exposición de objetos artísticos japoneses en Londres tuvo lugar en 1862, cuando Sir Rutherford Alcock exhibió su magnífica y variada colección. Esa afluencia nipona tenía su antecedente en el hechizo que los útiles guerreros nipones habían causado en laaristocracia europea, como demuestra la armadura de samuraireproducida en el “Retrato de Sir Neill O'Neill”, pintado por J.M. Wright en 1680. La influencia japonesa en la Europa del XIX pronto se hizo patente en ceramistas como James Hadley y diseñadores de muebles como E.W. Godwin. Penny Sparke destaca que, en gran medida el impacto de Japón sobre Europa fue el resultado de su presencia en grandesexposiciones internacionales, incluyendo París en 1867, Viena en 1873 –la primera en que el nuevo régimen Meiji se presentó a sí mismo al resto del mundo– y París en 1900. Por esta época, el estilo japonés se había convertido en una de las principales fuentes del
movimiento arquitectónico y decorativo francés “art nouveau”, algo particularmente evidente en el trabajo de Emile Gallé y Hector...
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