Marx Karl Las Pretendidas Escisiones De La Internacional
CIRCULAR RESERVADA DEL CONSEJO GENERAL DE LA ASOCIACION INTERNACIONAL DE
LOS TRABAJADORES
Hasta hoy, el Consejo General se ha impuesto una reserva absoluta respecto a las luchas internas habidas en
el seno de la Internacional y no ha respondido jamás públicamente a los ataques públicos lanzados contra él
durante más de dos años por miembros de laAsociación.
La persistencia de un puñado de intrigantes en fomentar el que se confunda a la Internacional con una
sociedad hostil a ella desde su origen, podría no ser aún motivo para romper el silencio. Pero el apoyo que la
reacción europea encuentra en los escándalos provocados por esta sociedad, en un momento en que la
Internacional atraviesa la crisis más seria que ha conocido desde su fundación,obliga al Consejo General a
hacer la historia de todas estas intrigas.
I
Después de la caída de la Comuna de París, el primer acto del Consejo General fue publicar su Manifiesto
sobre "La guerra civil en Francia" en el que se solidarizaba con toda la actuación de la Comuna; y lo hacía
precisamente en el momento en que esta actuación servía de pretexto a la burguesía, a la prensa y a losgobiernos de Europa para volcar las calumnias más infames sobre las espaldas de los vencidos de París. Una
parte de la propia clase obrera no había comprendido aún que su bandera acababa de ser derrotada. El
Consejo pudo comprobar esto, entre otras cosas, por la dimisión que, negándose a solidarizarse con el
Manifiesto, presentaron dos de sus miembros: los ciudadanos Odger y Lucraft. Puede decirse que dela
publicación de este documento en todos los países civilizados data la unidad de opinión de la clase obrera
sobre los acontecimientos de París.
Por otra parte, la Internacional encontró un medio de propaganda de los más poderosos en la prensa
burguesa, y sobre todo en la prensa inglesa de gran circulación, a la que este Manifiesto obligó a emprender
una polémica, sostenida luego por las réplicasdel Consejo General.
La llegada a Londres de numerosos refugiados de la Comuna obligó al Consejo General a constituirse en
Comité de Ayuda y a ejercer, durante más de 8 meses, esta función comple tamente ajena a sus atribuciones
normales. No hay que decir que los vencidos y los desterrados de la Comuna no tenían nada que esperar de la
burguesía. Y, en cuanto a la clase obrera, las peticionesllegaban en un momento difícil: Suiza y Bélgica
habían recibido ya su contingente de refugiados y tenían que mantenerlos o facilitar su traslado a Londres.
Las cantidades recogidas en Alemania, en Austria y en España eran enviadas a Suiza. En Inglaterra, la gran
lucha por la jornada de 9 horas, cuya batalla decisiva se dio en Newcastle , había consumido, tanto las
contribuciones individuales de losobreros, como los fondos sociales de las tradeuniones; fondos que, por
otra parte, según los mismos Estatutos, no podían ser destinados más que a las luchas profesionales. Sin
embargo, a fuerza de gestiones y cartas incesantes, el Consejo pudo reunir, céntimo a céntimo, el dinero que
distribuía cada semana. Los obreros americanos han respondido más ampliamente a este llamamiento. ¡Ah, si
el Consejohubiera podido recaudar los millones que la imaginación aterrorizada de la burguesía deposita tan
generosamente en la caja de caudales de la Internacional!
Después de mayo de 1871, un cierto número de refugiados de la Comuna fueron llamados a reemplazar en el
Consejo al elemento francés que, a consecuencia de la guerra, se había quedado sin representación en él.
Entre los miembros así agregadoshabía antiguos internacionalistas y una minoría de hombres conocidos por
su energía revolucionaria y cuya designación fue un homenaje que se rendía a la Comuna de París.
En medio de estas preocupaciones el Consejo hubo de hacer los trabajos preparatorios para la Conferencia de
delegados que acababa de convocar.
Las violentas medidas tomadas contra la Internacional por el Gobierno bonapartista...
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