Medio ambiente
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REFLEXIONES SOBRE EL VALOR, LA FUNCIÓN, EL PRECIO Y LAS DECISIONES SOBRE LA BIODIVERSIDAD
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José Antonio Pascual Trillo
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Todo necio
confunde valor y precio
Antonio Machado
(Proverbios y Cantares LXVIII)
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DE VALORES, PRECIOS Y DECISIONES
Puede parecer extrañoque a estas alturas aún nos estanquemos en el debate entre el valor y el precio, pero así es. Aunque existan toneladas de escritos sobre la diferencia entre uno y otro, todavía hacemos descansar la mayor parte de las decisiones sobre esa mínima, parcial y deficiente forma de cuantificar una parte del valor de las cosas que es el precio. Así nos va.
El valor de la biodiversidad, entendida comovariedad de formas de vida, tanto en la escala de la diversidad genética, como en la taxonómica (de especies) y ecológica (de ecosistemas), tal y como la define el Convenio sobre la Diversidad ecológica (Río de Janeiro, 1992), es, desde luego, infinito. No obstante, en esta sociedad que trata de cuantificarlo todo, le atrae la idea de habilitar métodos con los que valorar la biodiversidad.Ciertamente no carece de lógica en un mundo que parece adoptar sus decisiones en función de las asignaciones de valor económico de intercambio, el que muchos economistas se devanen los sesos buscando la mejor forma de poner precio a la diversidad de la vida. En realidad, como afirman muchos de ellos, la economía valora cuestiones tan "rechazables" como la propia vida humana (y en ella se aplican sin mayoresvergüenzas criterios diferentes dependiendo del origen y extracción social de la vida valorada: no vale lo mismo, desde luego, un sudanés que un suizo); así, las compañías de seguros indemnizan con una cantidad determinada la pérdida de una vida humana, o se realizan cálculos de inversión en sistemas de seguridad que evitan riesgos (con estimaciones sobre las vidas que se pueden salvar portérmino medio hasta los límites que la inversión considera aceptables para sus intereses, lo que incluye implícitamente una determinada valoración económica de cada vida humana). ¿De qué extrañarse, pues, por tratar de valorar económicamente la biodiversidad?
La cuestión crucial no está en la valoración económica de la biodiversidad o de la vida humana en sí misma, sino en el hecho subsiguiente desustentar la toma de decisiones acerca de lo que se va a hacer exclusiva o fundamentalmente en dicha valoración. Es decir, lo peor no está en tratar de estimar un valor económico, sino en convertir éste en un "precio", en una cantidad para el intercambio. Justo ahí donde el supuesto "mercado" se queda ya tranquilo (y, con él, los adalides de dejar todas las decisiones a esa pretendida "manoinvisible": esos propagandistas del "pensamiento único" y el "fin de la historia", más preocupados en general por engrosar sus bolsillos que por proseguir con la desde luego bastante inconclusa tarea de construir un mundo mejor y más habitable para todos), ahí es donde surgen los mayores problemas y amenazas de la valoración de la biodiversidad. Esa "mano invisible" de Adam Smith que supuestamente nosllevaría al bien común desde el interés individual privado, se ha visto contrapuesta con la existencia de las llamadas "deseconomías externas" o, en un tono más jocoso y significativo, del "pie invisible", como ha denominado el economista Herman Daly a la forma en la que habitualmente el interés propio y privado lleva a destruir a patadas el bien común.
Aunque hayamos comenzado por hablar de lavaloración de la vida humana, probablemente muy pocos (salvo algunos añorantes de la esclavitud) estarían de acuerdo en que esa estimación de precios deba servirnos para adoptar decisiones de "compra" o de qué hacer con una determinada persona "valorada" con un cierto precio. Es decir: podremos quizás aceptar que se asigne una determinada cantidad monetaria a una vida humana a los meros efectos de...
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