Mexicanos en 2 guerra mundial
Enrique PLASENCIA de la PARRA Universidad Nacional Autónoma de México
EL 26 DE MAYO DE 1943 LA Séptima División de infantería del ejército estadounidense intentaba desembarcar en Attu, isla del archipiélago de las Aleutianas, en el mar de Bering. Era un día frío, con niebla; el fuego de la artillería japonesa impedía elavance. El soldado José P. Martínez tomó la decisión de iniciarlo, actitud que fue seguida por sus compañeros. A pesar de esto, Martínez puso fuera de combate dos nidos de ametralladoras, atrajo el fuego japonés, pero a costa de su vida; sus compañeros obtuvieron así mejores posiciones. Pocos días después la isla era recuperada. Martínez recibió póstumamente la Medalla de Honor del Congreso, la máximacondecoración que puede obtenerse en el ejército estadounidense. Era la primera que recibía un “mexicano-americano” (así se conocía a residentes o ciudadanos estadounidenses de origen mexicano). José Martínez provenía de una familia de Taos, Nuevo México, con varias generaciones de residir en esa entidad. Su caso no sería el único, pues a lo largo de la segunda guerra mundial muchosmexicano-americanos se distinguirían en la lucha.
Fecha de recepción: 23 de septiembre de 2002 Fecha de aceptación: 20 de enero de 2003 * Agradezco a Armando Arreaga su excelente trabajo en la revisión del Archivo de la Secretaría de Relaciones Exteriores.
HMex, LII: 4, 2003
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ENRIQUE PLASENCIA DE LA PARRA
Pocos días después, en Los Ángeles, se dio el llamado “motín de los pachucos”,que en realidad fue un ataque de soldados estadounidenses contra jóvenes que, por su forma de vestir, extravagante para la época, eran fácilmente identificables. Se relacionaba a los pachucos con mexicanos, a pesar de que jóvenes de distinto origen étnico seguían la misma moda. También se les acusaba de todo tipo de delitos. El manejo que una parte de la prensa (la cadena de William Randolph Hearst)hizo de este incidente y la campaña negativa que lo precedió, llevaron a muchos a concluir que los mexicano-americanos causaban disturbios cuando el país más necesitaba la paz interna. Esa culpa inducida sentía el soldado Frank Lares en una base en Alaska, cuando sus compañeros le recriminaban el comportamiento de sus paisanos en California. Al conocerse las hazañas de José Martínez loscuestionamientos terminaron, y más tarde se conoció la manipulación que la prensa había hecho del incidente.1 Ambos hechos, coincidentes en lo temporal, muestran realidades contrastantes sobre los mexicanos en Estados Unidos. El primero me interesa resaltarlo no tanto por el valor extraordinario de Martínez, sino más bien por el hecho de que actos como el suyo se soslayaran en la mayoría de las versionesoficiales sobre la participación estadounidense en la segunda guerra. Era finalmente otra forma de mantener en el subsuelo a esta minoría étnica, como si fueran invisibles. El segundo es un buen ejemplo de cómo se sacaba a la luz al mexicano, de cuándo dejaba de ser invisible: participando en asaltos, motines y riñas callejeras. En este artículo pretendo analizar la actuación de chicanos ymexicanos en la guerra. Intento saber qué tan importante fue, en qué condiciones se dio, qué papel sostuvieron los gobiernos de México y Estados Unidos ante esta participación; también cómo fue percibida por los veteranos que participaron, cómo cambió su vida, y en forma más general de qué modo afectó a la comunidad mexicana en ese país al terminar el conflicto bélico.
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MORIN, 1963, pp. 55-56.MEXICANOS EN LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL
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En la época de la guerra se utilizaba el término “mexicano-americano”, que en general se refería a residentes legales o ciudadanos estadounidenses de origen mexicano. Fue hasta la década de los sesenta, con el movimiento chicano por los derechos civiles, que los mexicano-americanos comenzaron a llamarse a sí mismos “chicanos”.2 En este trabajo...
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