Miles de personas
Nicholas Christakis empezó a preocuparse por este asunto delcontagio social en 2000, a raíz de su experiencia de visitas a enfermos terminales en barrios obreros de Chicago. Christakis, médico y sociólogo en la Universidad de Harvard, estaba entonces destinado enla Universidad de Chicago y, a sus 38 años, se había hecho un nombre trabajando en la investigación de lo que se conoce como 'efecto viudedad', la propensión de hombres y mujeres a morir poco despuésde la muerte de sus cónyuges.
Una de sus pacientes era una mujer con demencia senil de cuyo cuidado se había hecho cargo su hija, con la que vivía. Al cabo de unos meses, la hija no podía más. Elmarido de la hija, por su parte, se estaba poniendo enfermo de tener que afrontar la tensión acumulada por su mujer. Y una noche, después de visitar a la madre, ya agonizante, Christakis volvió a sudespacho y recibió una llamada de un amigo del marido. Le pedía ayuda porque también él se sentía superado por la situación.
La enfermedad de la anciana se había transmitido "hasta tres grados dedistancia", comenta Christakis casi 10 años después. "Afectaba a la hija, que la había transmitido a su marido, quien, a su vez, la había transmitido a un amigo suyo, el hombre que me llamó porteléfono", explica el médico. De manera que empezó a hablar del caso con colegas y a preguntarse cómo estudiar más a fondo el fenómeno.
En 2002, un amigo común le presentó a James Fowler, estudiante de...
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