Musica Y Emociones
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P. Quijada - Entrevista con...
07 de mayo de 2012
Este argentino afincado en Canadá es uno de los mayores expertos mundiales en el estudio de cómo el cerebro procesa la música. El año pasado demostró que una melodía puede despertar sentimientos de euforia y deseo, igual queocurre con la comida o el sexo. Con los primeros compases nuestro cerebro libera dopamina, una sustancia implicada en los sistemas de recompensa y placer. Incluso antes de escucharlos, la mera imaginación de la melodía provoca sensaciones placenteras. Hace unos días Zatorre impartió una conferencia en la Residencia de Estudiantes para explicar cómo la música moldea el cerebro, invitado por la SociedadEspañola de Neurociencia.
Nos emociona y nos calma, nos ayuda a recordar (quién no tiene una canción asociada a una persona especial), y también nos hace sentir placer. La música es percibida por el cerebro como una recompensa, igual que ocurre con la comida o el sexo, a pesar de no ser una necesidad biológica. Cuando la experimentamos como muy placentera puede cambiar la tasa cardiaca, larespiración y la temperatura corporal. Además provoca la liberación del neurotransmisor dopamina en cantidades que se relacionan con el grado de placer que experimentamos.
Y quienes tocan algún instrumento tienen mayor volumen de la sustancia gris, como explicó Robert Zatorre (Buenos Aires, 1955), catedrático de Neurología y Neurocirugía de la Universidad McGill, director del Laboratorio deProcesamiento Auditivo del Instituto Neurológico de Montreal y cofundador del laboratorio de investigación BRAMS (Brain, Music and Sound). Zatorre ha logrado aunar afición (es organista) y trabajo. Y es que asegura este experto la música permite estudiar la organización cerebral. Por eso ha reunido a un equipo multidisciplinar (desde psicólogos a informáticos) que quieren comprender qué es la música, porqué existe y para qué sirve.
Y una de las claves para entender y disfrutar la música reside en la capacidad de nuestro cerebro para buscar patrones en todo lo que nos rodea, que nos permite anticipar la continuación de una melodía, una habilidad que también dispara la molécula del placer (la dopamina).
Zatorre resaltó en su conferencia la visión pionera de Santiago Ramón y Cajal, que ya avanzó en1908 que el entrenamiento musical cambia la estructura del cerebro. El grosor de las cortezas auditiva y motora, relacionadas con la audición y el movimiento de las manos, respectivamente, está aumentado, explica Zatorre en quienes practican música habitualmente.
Igual que la música discurre en nuestro cerebro por circuitos destinados a otros fines, como los del placer, su procesamiento tienelugar en zonas del cerebro que se han reciclado para permitirnos experimentar emociones que nos llegan a través del oído, como explicaba Zatorre a ABC.
-¿Nuestro cerebro no está preparado para inventos culturales como la lectura, y se habla de reciclaje neuronal para poder afrontarlos. ¿Con la música ocurre lo mismo?
Sí, yo creo que sí. Conozco a Dehaene, que propuso la teoría del reciclajeneuronal, y me parece una idea muy acertada no solo para la lectura. Cuando en el sistema nervioso se desarrolla una habilidad se puede utilizar para resolver otros problemas, y esto se aplica también a la música. Hay una zona del cerebro, la región parietal, que desempeña muchas funciones distintas y entre ellas la de reconocer un objeto en distintas orientaciones. Y esta capacidad está relacionada conla habilidad que tenemos para asir un objeto, ya que hemos de orientar la mano según la posición del objeto. Nosotros hemos visto que esta misma región del cerebro también está activada cuando tenemos que reconocer un patrón musical cuando está en una clave distinta, por ejemplo en clave de do y fa. Y nos preguntamos por qué y qué tenía que ver esto con esta región parietal implicada en la...
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