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Roberto Colom, profesor de Psicología de la Universidad Autónoma de Madrid, cree que la postura oficial respecto al tabaco está sustentada en mitos, datos inconsistentes y terror a ladisidencia: “Los médicos dicen una cosa en público –fumar mata- y otra en privado: hay enormes dosis de histeria”.
La tesis de Colom no es que el tabaco sea inocuo sino que puede ser positivo endeterminadas dosis y en según qué tipo de personalidad. Respecto al primer punto,
“Es evidente que no es lo mismo fumar dos cigarrillos que dos paquetes diarios. Sin embargo, no he encontrado informaciónque relacione la enfermedad ni la mortandad con respecto a la dosis: se es fumador o no se es, pero, como sabemos desde Paracelso, no hay venenos sino dosis. Cualquier agente en dosis bajas puede tenerefectos positivos sobre la salud. Es un fenómeno conocido como hormesis: en pequeñas dosis el tabaco puede ser bueno, igual que la radioactividad”.
[Nota: Según Wikipedia, “Un contaminante o toxinaque produzcan el efecto de hormesis tiene, pues, a bajas dosis el efecto contrario al que tiene en dosis más elevadas”.]
Además de la dosis hay otro factor que determina, según Colom, el efecto delconsumo de tabaco en la salud del fumador: la personalidad. “No es lo mismo fumar porque eres un neurótico y el tabaco te sirve para reducir tu ansiedad o porque eres extravertido y quieres activarte”.Los factores psicológicos son “seis veces más predictivos que los factores físicos”, según Colom. Así “la interacción de un tipo de personalidad sumado al consumo de tabaco más el estrés es unabomba”.
Según esta perspectiva, existen al menos cuatro tipos de personalidad y cada uno de ellas tiene una relación particular con el tabaco, diferente grado de adicción y, lo que es más importante, unapredisposición mayor o menor hacia el cáncer. Roberto Colom ofrece en su blog un “retrato robot” del enfermo de cáncer: “La persona con propensión al cáncer se ha descrito como apaciguadora, no...
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