Paulina
Drogas en la antigua Roma.
"El romano —por excelencia— era ecléctico. De esa manera ellos se limitaban sólo a importar. Importaban todo lo que a ellos parecía ser importante y útil para mejorar su vida cotidiana.
Sus legiones victoriosas que regresaron de Grecia, de Egipto y del Asia oriental, trajeron un montón de costumbres y hasta nuevas religiones.
Deesa manera llegaron a conocer las bondades del uso de las drogas que al hombre antiguo, castigado por millares de desgracias, les permitía de vez en cuando hundirse en sus fantasías y olvidar un poco su triste realidad... De esa manera también las drogas del oriente cruzaron las fronteras y llegaron a Roma con las legiones que regresaron a su patria...
La culpa la tenemos nosotros, siempredébiles humanos, aunque los antiguos autores sostienen que los verdaderos culpables fueron los dioses que sembraron este veneno en las plantas y minerales, y para demostrar la veracidad de lo sostenido, seguidamente citaremos algunos relatos de los autores más antiguos griegos y romanos.
Plutarco en su «Moralia» nos dice que aquellos que perdieron la claridad en la vista, aspiraron los vapores quesaturaron el ambiente en una fundición de bronce. Algunos seguramente tenían la suerte de recobrar su buena vista, pues en caso contrario no hubieran dado a esta clase de curación el «visto bueno».
Aquellos que tenían que ser sometidos al bisturí de los antiguos cirujanos, fueron anestesiados con los frutos de «belladonna» — del «Papaver Somniferum», llamado «opium» y de la Mandrágora. A los dosprimeros llamaron los antiguos griegos «drogas hipnóticas» pues la belladona junto con el «opium» producían un profundo sueño, en el que se hundieron adormecidos todos los dolores de las heridas sufridas; también aquellas causadas por intervenciones quirúrgicas.
Un poderoso somnífero era la Mandrágora, llamado también «Antimalo»; otros la conocían con el nombre de «Circea», porque su raízllamativamente antropomorfa se prestaba para ciertas clases de encantamientos (Circe), también esta planta abría la puerta para los sueños.
Según los informes de Dioscorides, solían hervir sus raíces con vino y acostumbraban a dar esta bebida a todos aquellos que no podían reconciliarse con el sueño, y también servía como poderoso anestésico para quienes tenían que amputarle un miembro ocauterizarles heridas infectadas de modo que no sintieran el tormento de los dolores.
Las «psicodrogas» y el hombre antiguo tienen su milenaria historia; las drogas las inventaron los dioses, y la aprovecharon sus devotos feligreses, tanto en Egipto como en Roma y Grecia, y en cualquier otra parte del aquel mundo oriental en Persia y Skythia...
Exhaustos y fatigados, los egipcios por el sofocante calordel día, dormían durante la noche muy intranquilos, hasta el insoportable calor nocturno, como un pesado duende oprimía sus pechos y sembraba en sus almas angustiosos sueños. Al despertar de semejantes sueños letárgicos, tenían la costumbre de encender en sus habitaciones casi inmediatamente unas resinas, para ahuyentar el aire pesado, y para recobrar también por este medio refrescante las ganasde aguantar otro día más...
Cuando el dios Osiris, con sus rayos ardientes del Sol, estaba ya con su asfixiante calor encima de ellos, entonces para atemperar por lo menos algo lo insoportable del clima, encendían los egipcios «Myrrha» o resina de los Cypreses; ellos estaban convencidos de que la Myrrha por medio de su penetrante humo podía limpiar sus almas, y los liberaba de toda clase deaturdimientos y torpezas.
Precisamente por causa de este efecto, la Myrrha ha sido llamada en Egipto también con el nombre de BAL, cuya versión castellana es ya algo más largo, porque suena así : «la droga que nos libera y nos salva del mal».
Esta creencia nació cinco siglos antes de Cristo, cuando la peste negra —relatada tan magistralmente por Tukidydes— «arrasaba a Atenas y, sólo lograron...
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