Planetalipsis

PLANETALIPSIS

Abiertos los libros y se escuchó a lo lejos el resonar de la vigésima séptima campanada que traía consigo una serie de acontecimientos catastróficos.
Un conjunto de “cucarachas conAlzheimer” y un puñado de “Dinosaurios gitanos”; como dignos representantes de lo inextinguible y lo extinto, eran los encargados de dictar sentencias, por cierto más que merecidas.
Atlas con sushombros cada vez mas maltratados (no precisamente por el peso real de su carga, si no por los malestares, desmanes y abusos que la humanidad producía), se hacía por mérito propio, testigo presencialde dicha ejecución.
Una procesión de árboles, entonaba el “Requiescat” por causa de un segundo “Big Bang” esta vez provocado.
El vestuario luctuoso del arco que otrora se caracterizó por suadmirable caravana multicolor, era de un negro pavoroso por no decir tétrico.
Los arroyos menopáusicos, dejaban caer hacia el océano sus escasas lágrimas convertidas en sangre, de igual modo el llantodesconsolado de los glaciares se hacía tan prominente, que parecía “manantial descocido”.
Y el mar… El mar nuca mas fue, dado que con tan pésimos afluentes, lanzo su grito de independencia y se declaró deuna vez por todas libre del yugo lunar; a partir de ese momento se transformaría en una bestia indómita.
El sol tozudamente se negaba a salir de nuevo.
La Osa menor dejó de serlo por elignominioso atropello al cual había sido sometida.
La vía láctea se vinagró.
Y por si fuera poco, la capa del “Rey ozono”, no obstante agujereada y deshilachada fue robada en medio de tan absurdo caos.
Enfin, un sin número de sucesos y señales que quizás sería conveniente omitir debido a su falta de claridad y cordura.
Desperté, entendí que había llegado el momento de abrir mis ojos y los de miscongéneres.
También comprendí que conciencia y contaminación son dos palabras que solo encuentran semejanza en sus tres primeras letras, pero en realidad son completamente opuestas y que a pesar del...