PRUEBA DEL MUNDO EXTERIOR G. E. Moore
PRUEBA DEL MUNDO EXTERIOR
G. E. Moore
(de: G. E. Moore, Defensa del sentido común y otros ensayos, Madrid, Orbis, 1983, cap.VII. Este capítulo fue publicado originalmente como en Proceedings of the British Academy, Vol.XXV, 1939]
En el prefacio a la segunda edición de la Crítica de la Razón Pura de Kant aparecen las siguientes palabras según la versión del profesor Kemp Smith:Aún perdura el escándalo filosófico... de que la existencia de cosas exteriores a nosotros... ha de aceptarse simplemente como cuestión de fe, y si alguien tiene a bien dudar de su existencia, somos incapaces de atacar sus dudas con una prueba satisfactoria1.
De estas palabras se desprende claramente que Kant consideraba importante suministrar una prueba de «la existencia de cosas exterioresa nosotros» o tal vez mejor de «la existencia de las cosas exteriores a nosotros», pues creo que la fuerza de las palabras alemanas se traduce mejor así. Si no hubiese considerado importante encontrar tal prueba, difícilmente habría denominado un «escándalo» al hecho de que no se hubiese hallado. Además está bastante claro que pensaba que la tarea de encontrar dicha prueba caía propiamentedentro del ámbito de la filosofía; ya que, en caso contrario, el hecho de no haber encontrado ninguna prueba no constituiría posiblemente un escándalo filosófico.
Ahora bien, aun cuando Kant errase en ambas opiniones, me parece que no hay ninguna duda de que discutir el problema referente al tipo de prueba que se puede dar (si es que hay alguna) de «la existencia de cosas exteriores a nosotros», esun asunto importante que incumbe propiamente al ámbito filosófico. Era mi propósito discutir ese problema cuando comencé a escribir esta conferencia. Mas, como verán ustedes, puedo decir desde este momento que, a lo sumo, sólo he logrado redactar una pequeñísima parte de lo que habría que decir sobre el tema.
Tomadas en su sentido estricto, las palabras «... perdura el escándalofilosófico... consistente en que somos incapaces...» entrañan que el propio Kant, en el momento que las escribió, era inca-paz de exhibir una demostración satisfactoria del problema en cuestión. Pero me parece incuestionable que el propio Kant no pensaba que él personalmente fuese incapaz en aquel momento de encontrar tal prueba. Por el contrario, en el enunciado mediatamente anterior, había manifestado queen la segunda edición de su Crítica, a la que estaba poniendo entonces un Prefacio, había dado una «prueba rigurosa» de esto precisamente. Añadió además su creencia en que esta prueba suya era «la única prueba posible». Bien es cierto que en el enunciado precedente no describe la prueba dada de «la existencia de cosas exteriores a nosotros» o de «la existencia de las cosas exteriores a nosotros;pero, sin embargo, se refiere a ella como a una prueba de «la realidad objetiva de la intuición externa». Ahora bien, el contexto no deja duda de que usa ambas expresiones («la realidad objetiva de la intuición externas y «la existencia de cosas – o 'las cosas" – exteriores a nosotros») de modo que lo que prueba lo primero, prueba también necesariamente lo segundo. Por tanto, debemos suponerque cuando habla como si fuésemos incapaces de suministrar una prueba satisfactoria, no pretende decir que en ese momento él mismo sea incapaz de hacerlo. Más bien quiere decir que hasta el descubrimiento de su prueba eran incapaces tanto él como los demás. Naturalmente, si está en lo cierto al pensar que ha dado con una prueba satisfactoria, la situación que describe finaliza tan pronto como lapublica. Tras esto, quien la lea es capaz de dar una prueba satisfactoria repitiendo sin más la expuesta por Kant, con lo que el «escándalos para la filosofía ha quedado eliminado de una vez por todas.
Por tanto, si fuese cierto el carácter satisfactorio de la prueba dada por Kant en la segunda edición, sería posible encontrar al menos una prueba satisfactoria. Todo lo que quedaría del...
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