Prueba
el Tratado de las pasiones del alma de Renè Descartes
en la música de los siglos XVII y XVIII
Rubén López Cano
Seminario de Semiología Musical (UNAM)
SITEM (Universidad de Valladolid)
lopezcano@yahoo.com
www.lopezcano.net
Rubén López Cano 1996.
Los contenidos de este texto están bajo una licencia Creative Commons.
Consúltela antes de usarlo.
Thecontent on this text is under a Creative Commons license.
Consult it before using this article.
Cómo citar este artículo:
How to cite this article:
López Cano, Rubén. 1996. "La ineludible preeminencia del gozo: el Tratado de las Pasiones
del Alma (1649) de Renè Descartes en la Música de los siglos XVII y XVIII; Armonía Nº 10-11;
México: ENM-UNAM; pp. 5-17. Versión on-line:www.lopezcano.net
(Consultado o descargado [día, mes y año])
(Accessed [Day Month Year of access])
La ineludible preeminencia del gozo
Rubén López Cano
Pero el fin últio de la filosofía y de la ciencia no es el
conocimiento en sí; el buen uso de la libertad debe
conducir, a través de las ilusiones, de los caprichos del
azar y las trampas del camino, a lo que es para
Descartes, tal como lodice en la última frase de Las
pasiones del alma, la ineludible preeminencia del gozo.
Marc Cheymol
El arte de los siglos XVII y XVIII se propuso adquirir el poder de la expresión
de los estados afectivos más profundos que el alma del hombre es capaz de
experimentar. Para el Barroco, plasmar la mayor variedad de pasiones
humanas, de la manera más intensa posible, significó una pulsiónfundamental
de la cual no escaparon, siquiera, los mensajes artísticos de carácter religioso.
¿Acaso no desde la experimentación de las pasiones más intensas, también es
posible acceder a la comprensión de lo divino? La sola representación
adecuada y convincente de las pasiones y afectos era capaz de mover las
almas de los hombres hacia una suerte de persuasión total. Persuasión en la
cual, el artede los siglos XVII y XVIII, confió su eficacia. Si bien la expresión de
las pasiones no fue una invención original del arte Barroco, sí lo fueron los
fascinantes medios representativos que en este período se desarrollaron y que,
sin lugar a dudas, constituyen un hallazgo sin par en la historia del arte de
occidente.
El tratado de las pasiones del alma (1649), obra del filósofo francés
RenèDescartes (1596-1650), constituye una invaluable vía de acceso a la
comprensión de los procedimientos con los cuales se representaron pasiones y
afectos en el arte del Barroco. El tratado de las pasiones del alma (1649) fue la
última de las obras del filósofo. El autor entregó los originales a la imprenta
justo antes de partir rumbo a Suecia a atender la invitación que la reina Cristina
lehiciera. De este viaje, es sabido, jamás regresó. La publicación vió la luz en
el año de 1649, de manera simultánea, en Francia y Holanda. A decir de
Geneviève Rodis Lewis (1971), el tratado constituye "el fruto de toda su
filosofía". Marc Cheymol (1993), por su parte, considera al tratado de las
pasiones como la culminación del ciclo filosófico iniciado en el Discurso del
Método, pues en elTratado se responde a algunos de los problemas filosóficos
planteados en el Discurso. Por otro lado Cheymol también quien califica al
Rubén López Cano 1996
2
La ineludible preeminencia del gozo
Rubén López Cano
tratado de "libro de divulgación, escrito en francés y dirigido especialmente a
las mujeres". Esta apreciación no es del todo inexacta si consideramos que,
efectivamente, laescritura del Tratado de las pasiones del alma se debió, en
gran parte, a la profusa correspondencia que, sobre este tema y desde 1643, el
filósofo sostuvo con Elizabeth de Bohemia.
En el terreno del arte, el historiador John Ruper Martin (1977), afirma
que el tratado constituye "una especie de sanción científica" al trabajo que, vía
especulación estética, varios artistas de la época venían...
Regístrate para leer el documento completo.