que viva la musica
de mi camisa. Ya estaban acostumbrados a mi falta y no
me extrañaban, harto habrían sabido de mis noches.
Comprendieron que venía porropa. Cuando les anuncié
que tenía visto un apartamentico, accedieron a quedar a
cargo del pago, sin preguntarme dónde.
"Eres muy joven —dijeron—. Ya tú sabrás." Yo dije que
estaba de acuerdo,confundida.
Visité mi cuarto, la veneciana estaba cerrada y
llenecita de polvo. La abrí, de pura perversidad, y vi
el parque lleno de góticas, el sudor de los árboles y
de las montañas, bolsasde vida. El espejo no estaba.
Me ofrecieron almuerzo y hasta siestica, pero no
quise: no habría soportado toda una tarde de domingo en
esa casa.
Al salir ya sabía que tenía la vida pordelante. Ni
mucho menos que he acabado de vivirla.
Aunque de aquí no me muevo. Me gusta imaginar que
existen sitios mejores que esta activísima Cuarta con
15, que de pura abulia yo no los busco,imposibilidad
de moverse en líneas horizontales ahora que la rumba ya
está forma, porque desde que estoy aquí ya no camino.
Tengo la rumba a 20 pasos, aún acostada la oigo. Me
llevan noticiasde que las cosas son mejores, más
modernas en la Octava, todo ese "Séptimo Cielo" y el
"Cabo E", pero veamos: me tocaría bajar cuatro cuadras
por la 15 y luego toda la Octava hasta mucho másallá
de la 25, más allá del cementerio. No, yo no me muevo
más. Le he cogido mi miedito a eso de estar buscando
nuevos rumbos, cuando ritmo sólo hay uno. Y es con
Richie namá. Vienen hacia mí y mebuscan porque me
saben siempre con los de 15, papitos, les doy toques
con mis cresticas, con mis crespitos jugosos y
melocotones, les pellizco rico, finjo que me hieren, yo
soy mejor queellos y los oriento si es que desean las
primeras instrucciones en el borde externo de esta
jungla.
¿Cómo se mete de puta una ex-alumna del Liceo
Benalcázar? Recibió, también, visitas que no...
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