Rebecca Winters La mujer del principe
Editado por HARLEQUIN IBÉRICA, S.A.
Núñez de Balboa, 56
28001 Madrid
© 2014 Rebecca Winters
© 2014 Harlequin Ibérica, S.A.
La mujer del príncipe, n.º 2551 - septiembre 2014
Título original: Expecting the Prince’s Baby
Publicada originalmente por Mills & Boon®, Ltd., Londres.
Todos los derechos están reservados incluidos los de reproducción, total o parcial. Esta edición ha sidopublicada con autorización de Harlequin Books S.A.
Esta es una obra de ficción. Nombres, caracteres, lugares, y situaciones son producto de la imaginación del autor o son utilizados ficticiamente, y cualquier parecido con personas, vivas o muertas, establecimientos de negocios (comerciales), hechos o situaciones son pura coincidencia.
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I.S.B.N.: 978-84-687-4598-5Editor responsable: Luis Pugni
Conversión ebook: MT Color & Diseño
Capítulo 1
VINCENZO di Laurentis, príncipe heredero del reino de Arancia, estaba de pie ante uno de los balcones del palacio real con vistas a los jardines para inaugurar el decimoquinto Festival de Abril del Limón y la Naranja. Saludó a la multitud, que había acudido en masa para la ocasión. Aquella era su primera aparición enpúblico desde el funeral de su esposa, la princesa Michelina, hacía seis semanas.
Su país estaba situado entre las fronteras de Francia e Italia, al borde del Mediterráneo. En la ciudad del mismo nombre, vivían ocho mil personas. El resto de sus treinta mil habitantes se repartían en pueblos y pequeñas aldeas. Además del turismo, había dependido de su producción de limones y naranjas durante siglos.Durante las siguientes dos semanas, Arancia se volcaría en celebrar su principal fuente de ingresos con bandas en las calles, ferias, barcos y estatuas decorados con frutas.
Vincenzo acababa de regresar de un viaje oficial al extranjero y se alegraba de volver a ver a su padre, el rey Guilio. Casi había olvidado lo hermosa que podía ser su tierra natal en primavera con todos sus árboles frutalesen flor. Como él, su pueblo esperaba con entusiasmo el final del invierno. Además, la oscuridad que se había apoderado de su pecho con la muerte de Michelina, también parecía comenzar a disiparse.
Su matrimonio no había sido por amor. Aunque se habían prometido a los dieciséis años, apenas habían pasado tiempo juntos hasta que se habían casado, catorce años después. Lo cierto era que Vincenzo sesentía culpable por no haber sido capaz de amarla como ella lo había amado a él.
Nunca había logrado enamorarse de ella. Solo la había admirado y la había respetado, decidido a estar a la altura de lo que se esperaba de él. Por otra parte, después de haber pasado por tres abortos, no habían conseguido tener hijos.
Aunque no había podido amarla con pasión en la cama, el príncipe había hecho todo loposible por mostrar ternura a su esposa. Había experimentado deseo hacia otras mujeres antes de casarse, pero nunca había entregado su corazón a nadie, sabiendo que había estado prometido.
Vincenzo sospechaba que los padres de Michelina tampoco habían tenido un matrimonio muy feliz. Sus propios padres también habían sufrido bastante, pues era muy difícil que una pareja real pudiera disfrutar deamor verdadero. Michelina se había empeñado en que su caso fuera distinto. Pero no era posible forzar el amor.
Sin embargo, había algo que sí les había dado felicidad. Pocos días antes de que Michelina hubiera muerto, se habían enterado de que había quedado en estado de nuevo. Pero, en esa ocasión, habían tomado las medidas necesarias para impedir que lo perdiera.
Aliviado porque sus obligaciones...
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