resumen
Silvia Rivera Cusicanqui. La mirada salvaje, La Paz, 2010. Págs. 34-41
Como ya se ha señalado, la hipótesis central que orienta el conjunto del trabajo es que en la contemporaneidad
boliviana opera, en forma subyacente, un modo de dominación sustentado en un horizonte colonial de larga duración,
al cual se han articulado –pero sin superarlo nimodificarlo completamente– los ciclos más recientes del
liberalismo y el populismo. Estos horizontes recientes han conseguido tan sólo refuncionalizar las estructuras coloniales
de larga duración, convirtiéndolas en modalidades de colonialismo interno que continúan siendo cruciales
a la hora de explicar la estratificación interna de la sociedad boliviana, sus contradicciones sociales fundamentales
y losmecanismos específicos de exclusión-segregación que caracterizan a la estructura política y estatal del país y
que están en la base de las formas de violencia estructural más profundas y latentes.
PACHAKUTI: Los horizontes históricos del colonialismo interno
a) El ciclo colonial, que constituye un sustrato profundo de mentalidades y prácticas sociales que organizan los
modos de convivencia ysociabilidad en lo que hoy es Bolivia, estructurando en especial aquellos conflictos y
comportamientos colectivos ligados a la etnicidad, a través de lo que aquí denominamos colonialismo interno.
En el período colonial formal, la polarización y jerarquía entre culturas nativas y cultura occidental se valió de
la oposición entre cristianismo y paganismo como mecanismo de disciplinamientocultural. Esto implica la culpabilidad
y destierro del “hereje” o de todo aquel sospechoso de serlo (y esto incluía a la mayoría de indios y
mestizos) a un mundo pre-social y sub-humano de exclusión y clandestinidad cultural.
b) El ciclo liberal introduce el reconocimiento de la igualdad básica de todos los seres humanos. Pero en un
contexto como el de la sociedad oligárquica del siglo XIX, se asociaa un conjunto de acciones culturales
civilizatorias, que implican una nueva y más rigurosa disciplina: el proceso de individualización y ruptura con
pertenencias corporativas y comunales, el cual se legitima en los supuestos derechos asociados a la imagen
ilustrada del ciudadano. Este proceso, que en Europa fue fruto de signos de homogeneización cultural y económica,
resultó aquí articuladocon estructuras y prácticas propias del ciclo anterior, convirtiéndose así en
un paradójico y renovado esfuerzo de exclusión basado en la negociación de la humanidad de los indios. En
esta fase, un nuevo complejo de ideas-fuerza empiezan a jugar un papel hegemónico como sustento de las
reformas estatales y culturales emprendidas hacia fines del siglo XIX, donde el darwinismo social y laoposición
civilizado-salvaje sirven –al igual que antaño la oposición cristiano-hereje– para renovar la polaridad
y jerarquía entre la cultura de agresión contra la territorialidad indígena, comparable tan sólo a la fase del
saqueo colonial temprano.
c) Finalmente, en 1952 se inaugura el ciclo populista, que se superpone e interactúa con los dos ciclos anteriores,
puesto que no hace sino completar lastareas de individuación y etnocidio emprendidas por el liberalismo,
creando –a partir de una reforma estatal centralizadora–, mecanismos singularmente eficaces para su profundización:
la escuela rural masiva, la ampliación del mercado interno, el voto universal, y una reforma agraria
parcelaria de vasto alcance. Éstos constituyeron renovados medios de liquidación de las identidades comunalesy étnicas y de la diversidad cultural de la población boliviana. En el plano político, la democratización de facto,
implicada por el hecho insurreccional, sería canalizada hacia nuevos mecanismos de subordinación de la “plebe”
cholo-india a través de una amplia y centralizada estructura clientelar que convirtió al Estado y la política en
esferas exclusivas y excluyentes en manos de una...
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