Rorty la contingencia del lenguaje
INTRODUCCIÓN
La intención de unir lo público y lo privado subyace tanto al intento platónico de responder a la
pregunta “ ¿Porqué va en interés de uno ser justo? “, como a la tesis cristiana según la cual se
logra la perfecta realización de sí mismo a través del servicio a los demás. Estos intentos
metafísicos oteológicos de ligar con un sentido de comunidad un esfuerzo dirigido a la perfección
exigen el reconocimiento de una naturaleza humana común. Nos piden que creamos que lo más
importante para cada uno de nosotros es lo que tenemos en común con los demás; que las fuentes
de la realización privada y las de la solidaridad humana son las mismas. Escépticos como
Nietzsche han sostenido con vehemencia quela metafísica y la teología son claros intentos de
hacer que el altruismo parezca más razonable de lo que es. No obstante, lo característico es que
tales escépticos tengan sus propias teorías de la naturaleza humana. También ellos afirman que
hay algo común a todos los seres humanos; por ejemplo, la voluntad de poder o los impulsos
libidinales. Para éstos, en el nivel “más profundo” del yo nohay sentimiento alguno de solidaridad
humana, ese sentimiento es un “mero” artificio de la socialización humana. De tal manera, esos
escépticos se vuelven asociales. Vuelven la espalda a la idea misma de una comunidad más
amplia que la de un reducido círculo de iniciados.
No obstante, desde Hegel los pensadores historicistas han intentado ir más allá de esa conocida
restricción. Han negadoque exista una cosa tal como “la naturaleza humana” o “el nivel más
profundo del yo”. Su estrategia ha sido la de insistir en que la socialización y, por tanto, la
circunstancia histórica, abarcan la totalidad: que nada hay “debajo” de la socialización o antes de la
historia que sea definitorio de lo humano. Tales autores nos dicen que las preguntas como “ ¿En
qué consiste ser hombre? “debieran ser sustituidas por preguntas como “ ¿En qué consiste vivir en
una rica sociedad democrática del siglo XX? “ o bien “ ¿De qué manera puede el que vive en una
sociedad así ser algo más que un actor que desempeña un papel según un guión establecido? “
Este giro historicista nos ha ayudado a librarnos, gradual pero firmemente, de la teología y de la
metafísica; de la tentación de buscar unahuida del tiempo y del azar. Nos ha ayudado a
reemplazar la Verdad por la Libertad como meta del pensamiento y del progreso social. Pero la
vieja tensión entre lo público y lo privado perdura aún después de producida esa sustitución. Los
hiostoricistas en los que predomina el deseo de creación de sí mismo, de autonomía privada (por
ejemplo, Heidegger y Foucault), tienden aún a ver lasocialización tal como la veía Nietzsche: como
contraria a algo que se halla en lo profundo de nosotros. Los historicistas en los que predomina el
deseo de una comunidad humana más justa y más libre (por ejemplo, Dewey y Habermas) tienden
aún a concebir el deseo de perfección privada como algo infectado de “irracionalismo” o de
“esteticismo”. Este libro intenta hacer justicia a ambos grupos de autoreshistoricistas. Propugno
que no intentemos elegir entre ellos, sino, más bien, darles la misma importancia y utilizarlos para
diferentes propósitos. Autores como Kierkegaard, Nietzsche, Baudelaire, Proust, Heidegger y
Nabokov son valiosos como ejemplares, como ilustraciones, de cómo puede ser la pefección
privada: una vida autónoma, que se crea a sí misma. Autores como Marx, Mill, Dewey, Habermas yRawls son conciudadanos más que ejemplares. Están comprometidos en un esfuerzo compartido,
social: el esfuerzo por hacer que nuestras instituciones y nuestras prácticas sea más justas y
menos crueles. Sólo consideramos opuestas a ambas especies de autores si pensamos que una
perspectiva filosófica más amplia podría permitirnos reunir en una única concepción la creación de
sí mismo y la...
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