Sector Externo
EL SECTOR EXTERNO
Introducción
A partir de la década de los setentas en las economías asiáticas y de los ochentas en
muchas de las economías latinoamericanas, se ha gestado un proceso de apertura a partir
del agotamiento estructural del modelo de sustitución de importaciones. Las economías han vuelto sus ojos al sector externo como una salida franca a un proceso de endeudamiento
progresivo y agotamiento de un mercado interno que ha probado cierta ineficiencia. De tal
manera que la apertura de las fronteras se configuraba como la mejor estrategia para la
obtención de recursos y bienes, la atracción de inversión y la posibilidad de lograr mayores incentivos a la productividad. La economía mundial inició un proceso de apertura diacrónico
pero constante, una revisión de su patrón de comportamiento económico que trascendió al
comercio mismo y que es conocido como globalización La globalización, visto como un
proceso de acercamiento económico principalmente a través del reforzamiento de las
relaciones comerciales, es un proceso inevitable y progresivo. Los economistas generalmente ven la globalización como una extensión del libre comercio y todo donde se
incluye el proceso y los efectos políticos, culturales y sociales resultantes (King y King, 2009).
En este sentido la globalización es el resultado del proceso de integración mismo, siendo
este proceso de integración su esencia y naturaleza fundamental. Por tanto se considera en este artículo a la globalización como el resultado de un proceso de integración económica
que inicia fundamentalmente con un conjunto de tratados y acuerdos comerciales. Este
proceso de integración ha gestado mecanismos e instrumentos específicos para llevarlo a
cabo. Acuerdos comerciales, uniones aduaneras, y uniones económicas son solo algunas de
las formas por la cuales esta integración se lleva a cabo. Como un producto normal del proceso de cooperación y competencia internacional, este conjunto de instrumentos se
especifican de acuerdo a la relación particular que los miembros de un acuerdo desean
establecer. En América Latina en general, y en México en particular, este proceso tiene una
marcada relevancia. Los procesos de integración económica en esta región tienen una lógica que va más allá del simple interés de un intercambio comercial (Norman y Motta, 1996).
Estas políticas de integración buscan generar un proceso de desarrollo coherente y
sustentable apoyado en las externalidades explicitas e implícitas generadas por la
cooperación y competencia regional, y no solamente a través del establecimiento y/o
fortalecimiento de las relaciones comerciales. Entre estas externalidades se encuentra la atracción de Inversión Extranjera ya sea tanto Inversión de Portafolio (IP) como la Inversión
Extranjera Directa (IED), la
creación de empleo, la generación de economías de escala, transferencia tecnológica y una
mejora en el excedente del consumidor.
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En este sentido se dan también procesos de competencia y complementariedad entre los
mismos países. Por tanto no solo es el comercio, sino especialmente la inversión una de las principales razones por la que los países de esta región latinoamericana se comprometen en
la formación de múltiples acuerdos y convenios (Frankel et. al., 1996). Los países logran
desarrollar capacidades de bloque generando economías de escala internas y externas. La
competencia se gesta ahora a nivel bloque y la cooperación a nivel países. Existe pues cierta atracción comercial natural, no natural y supernatural de acuerdo a Frankel et. al. (1996). En
particular México es una economía vigorosa en términos de cooperación y competencia
internacional. Se tiene bien claro cuál es la posición y las estrategias de su sector externo.
Presenta una sólida asociación con los vecinos del norte, así como una posición común de ...
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