Sigmun conferencia 28.
Ordenamiento de James Strachey / Volumen 16 (1916-17). Conferencias de
introducción al psicoanálisis (Parte III) / Parte III. Doctrina general de las
neurosis (1917 [1916-17]) / 28ª conferencia. La terapia analítica
28ª conferencia.
La terapia analítica
(Ver nota(1))
Señoras y señores: Ya conocen nuestro tema de hoy. Mehan preguntado por qué en la terapia psicoanalítica no nos servimos de la sugestión directa, ya que admitimos que nuestra influencia se basa esencialmente en la trasferencia, vale decir, en la sugestión; y a esto enlazaron la duda que sobre la objetividad de nuestros descubrimientos psicológicos podía echar semejante preponderancia de la sugestión. Les he prometido darles una respuestacircunstanciada.
La sugestión directa es una sugestión dirigida contra la exteriorización de los síntomas, una lucha entre la autoridad de ustedes y los motivos de la enfermedad. Al practicarla, ustedes no hacen caso de estos motivos; sólo exigen al enfermo que sofoque su exteriorización en síntomas. El hecho de que hipnoticen o no al enfermo no constituye ninguna diferencia de principio. Fue Bernheimquien aseveró, con su característica perspicacia, que la sugestión es lo esencial en las manifestaciones del hipnotismo, pero la hipnosis misma es ya un resultado de la sugestión, un estado sugerido (ver nota(2)); y practicó preferentemente la sugestión en estado de vigilia, con la que se puede lograr lo mismo que con la sugestión en la hipnosis.
Ahora bien, ¿qué quieren ustedes escuchar primerosobre este asunto? ¿La formulación
de la experiencia o unas reflexiones teóricas?
Empecemos por la primera. Yo fui alumno de Bernheim, a quien visité en Nancy, en 1889, y cuyo libro sobre la sugestión traduje al alemán(3). Durante años practiqué el tratamiento hipnótico, primero con sugestión prohibidora y después combinándolo con el método de Breuer de exploración del paciente. Me asiste buenderecho, portanto, para hablar sobre los resultados de la terapia hipnótica o de sugestión. Si, según un viejo aforismo médico, una terapia ideal debe ser rápida, confiable y no desagradable para el enfermo [«cito, tuteo,
jucunde»], el método de Bernheim llenaba en todo caso dos de estos requisitos. Se lo podía
ejecutar más rápido, infinitamente más rápido, que la terapia analítica, y no ocasionabafatiga al enfermo ni le resultaba gravosa. Para el médico, a la larga se volvía ... monótona: prohibir en todos los casos, de idéntica manera y con el mismo ceremonial, la existencia a los más variados síntomas, sin poder aprehender nada de su sentido y su significado. Era un trabajo de practicón, no una actividad científica, y recordaba a la magia, el encantamiento y el arte de laprestidigitación. Claro que no iba en contra del interés del enfermo. Le faltaba, en cambio, el tercer requisito: el procedimiento no era confiable en ningún sentido. En algunos pacientes se podía aplicar, en otros no; en uno se lograba mucho, en otro muy poco, y no se sabía el porqué. Más enfadosa aún que esta caprichosidad del procedimiento era la falta de perduración de los resultados. Pasado algún tiempo,cuando se volvía a tener noticias del enfermo, la vieja dolencia estaba otra vez ahí o había sido sustituida por una nueva. Era posible hipnotizarlo de nuevo. En el trasfondo estaba la advertencia, expresada por personas experimentadas, de no repetir demasiado la hipnosis, pues se corría el riesgo de quebrantar la autonomía del enfermo y habituarlo a esa terapia como a un narcótico. Concedamos quemuchas veces las cosas salían a pedir de boca: tras pocos esfuerzos se lograba un éxito pleno y duradero(4). Pero las condiciones de un desenlace tan favorable se ignoraban. Una vez me sucedió que un estado grave, que yo había eliminado por completo mediante un breve tratamiento hipnótico, reapareció tal cual después que la enferma, sin tener yo parte en ello, se enfadó conmigo; lograda la...
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