Simel
Este artículo sostiene que “lo urbano”, la condición que más profundamente distingue la vida moderna de aquella tradicional-rural, no es una condición espacial ni una delimitación demográfica o productiva, sino una conducta, una forma de vida. Para el autor, esta forma de vida está determinada por las singulares características de la ciudad en tanto entidad material: específicamente sutamaño, densidad y heterogeneidad. En consecuencia, “lo urbano” es el efecto que el tamaño, la densidad y la heterogeneidad de la ciudad tienen sobre el carácter social de la vida colectiva, y que puede ser entendida en términos de contactos sociales impersonales, superficiales, transitorios y segmentados; debilitamiento de las relaciones primarias y su consecuente sustitución por aquellas de tiposecundarias; y la promoción de una perspectiva relativista –y por ende- una mayor tolerancia a la diferencia y libertad de acción.
La ciudad y la civilización contemporánea
El rasgo que distingue al modo de vida del hombre de la edad moderna es su concentración en agregados gigantescos que irradian las ideas y prácticas que llamamos civilización, y alrededor de los cuales se aglomeran centrosmenores. El grado en que el mundo contemporáneo puede ser llamado urbano no es entera o correctamente medido por la proporción de hombres que, sobre la población total, vive en las ciudades. Las influencias que la ciudad ejerce sobre la vida social del hombre son mayores de lo que indicaría la magnitud de la población urbana, pues la ciudad no es sólo la morada y el taller del hombre moderno, sinotambién el centro de iniciación y control de la vida económica, política y cultural que ha atraído a su órbita las más remotas partes del mundo y entrelazado en un cosmos diversas áreas, pueblos y actividades.
El crecimiento de las ciudades y la urbanización del mundo es uno de los hechos más impresionantes de los tiempos modernos. Aunque es imposible establecer en forma precisa qué proporción dela población total mundial, estimada en 1.800.000.000 de habitantes, es urbana, el 69,22 % de la población total de aquéllos países que sostienen la distinción entre áreas urbanas y rurales, lo es (Pearson, 1935).
Más aún, considerando el hecho de que la población del mundo está muy desigualmente distribuida y que en algunos de los países sólo recientemente tocados por el industrialismo, elcrecimiento de las ciudades no ha sido muy intenso, este promedio subestima la extensión alcanzada por la concentración urbana en aquellos países donde el impacto de la revolución industrial ha sido más violento y de fecha menos reciente.
Esta transformación de una sociedad rural en una predominantemente urbana, acaecida en áreas industrializadas tales como los Estados Unidos y el Japón en el lapso deuna simple generación, fue virtualmente acompañada por cambios que han afectado profundamente todos los aspectos de la vida social.
Son estos cambios y sus ramificaciones los que llaman la atención del sociólogo al estudio de las diferencias entre los modos de vida rural y urbano. El mantenimiento de este interés es un prerrequisito indispensable para la comprensión y posible dominio de algunosde los más cruciales problemas contemporáneos de la vida social, pues promete suministrar una de las perspectivas más reveladoras para la intelección de los cambios que están ocurriendo en la naturaleza humana y en el orden social 1.
Dado que la ciudad es producto del crecimiento antes que de una creación instantánea, puede suponerse que las influencias que ejerce sobre los modos de vida nologran extirpar por completo los modos previamente dominantes de asociación humana. Por lo tanto, y en un grado mayor o menor, nuestra vida social muestra huellas de una temprana sociedad folk, de la que son modos característicos de instalación las granjas, la hacienda (“manor”) y la villa. Tal influencia histórica está reforzada por la circunstancia de que la población de la ciudad misma es en...
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