Sobre la revoluci n copernicana
la
revolución
copernicana.
O de si las teorías científicas describen fielmente los fenómenos o
sólo los explican
F. Ortego
"Y no espere nadie, en lo que respecta a las
hipótesis, algo cierto de la astronomía,
pues no puede proporcionarlo; para que no
salga de esta disciplina más estúpido de lo
que entró, si toma como verdad lo
imaginado para otro uso."
"Sobre las revoluciones de losorbes
celestes", prefacio de A. Osiander.
¿La aspiración de la ciencia al elaborar sus teorías es describir fielmente la
realidad o elaborar un modelo que nos permita predecir los fenómenos?
La cuestión no está, ni mucho menos, resuelta por los científicos, y todos, de manera
consciente o no, tienen una posición al respecto. Aquellos que optan por intentar
desentrañar los secretos de la naturaleza,reciben el nombre de realistas; por el
contrario, los que se conforman con que sus teorías "funcionen" razonablemente bien,
mientras no existan otras mejores, suelen conocerse como positivistas. Estos últimos
sólo pretenden salvar las apariencias, atenerse simplemente al dato positivo, sin entrar
en más consideraciones.
Para acercarnos al debate entre estas dos concepciones sobre lo que debe serla
ciencia, repasemos lo acontecido con la publicación de la tesis de Copérnico y la
consiguiente controversia que se originó por la reacción de las autoridades religiosas
de la época. Cuando se estudia el impresionante avance que supuso la teoría
copernicana, con demasiada frecuencia suele simplificarse lo sucedido, reduciendo
todo sin más a la difusión de la teoría heliocéntrica y a la rotunda einflexible oposición
de la Iglesia. El "pero se mueve" pronunciado, según la tradición, por Galileo durante el
juicio en el que la Inquisición le obligó a retractarse so pena de ser torturado,
representaría muy bien esa interpretación de los hechos. Sin embargo, aunque la
famosa obra del astrónomo polaco fue incluida en el Índice de obras prohibidas en
1616 y Galileo fue condenado, tal reducciónde los hechos tiende a ignorar una
apasionante discusión sobre la validez de las teorías científicas. Acerquémonos a los
hechos...
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Nicolás Copérnico fue un eclesiástico que durante toda su vida fue fiel a la doctrina
católica. Un tío suyo era obispo y se ocupó de que su sobrino tuviera una formación
adecuada, que comprendió, además de los estudios en astronomía y medicina, la
licenciatura enderecho canónico. Desde que comenzó a esbozar la teoría heliocéntrica
(1507) hasta que se publicó (1543) pasaron muchos años. Posiblemente, influyó en
esta demora el temor a una probable condena, pero no faltaron voces de la Iglesia,
como la del Cardenal de Capua, que animaron insistentemente a Copérnico a divulgar
sus teorías. Asimismo, resulta sumamente sorprendente el que una obra que con eltiempo fue proscrita por la Iglesia, fuera dedicada por el propio Copérnico "al santísimo
señor Pablo III", obispo de Roma en aquel tiempo. ¿Una temeridad, una desfachatez
de Copérnico? Ni mucho menos.
La Iglesia no tenía ningún inconveniente en aceptar otros modelos distintos del
geocéntrico para salvar las apariencias. De hecho, como un conjunto de meras
hipótesis, la teoría heliocéntrica fueutilizada para la reforma del calendario realizada
por Gregorio XIII (1582). El problema no estaba pues en la propia teoría, sino en el
carácter que se le pretendiera dar. Si se presentaba como un conjunto de cálculos
coincidentes con las observaciones, entendidos más como un artificio matemático que
como un reflejo de la realidad, la Iglesia no ponía ningún obstáculo, más bien lo
contrario, ya que elmodelo copernicano presentaba mayores ventajas que el
ptolemaico, entre ellas la sencillez de los cálculos. Precisamente, ésta fue la posición
que adoptó Andreas Osiander, editor de la revolucionaria obra de Copérnico y autor de
la cita recogida al principio de este artículo. Quizá tratando de evitar una condena de la
obra, Osiander quiso presentarla como un simple supuesto, más fácil de...
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