Sociologia
Juan Carlos Raya Pérez.
Introducción
De no ser porque somos humanos y escribimos sobre nosotros mismos, no habría reparos sobre el título de este escrito. Porque lo de “etología” se refiere a los animales, pero no a los humanos. De cualquier modo, este escrito no tiene pretensiones. Como dijera Hilary Callan (Etología y sociedad), no pretendo que la etología nos de unaexplicación suficiente y necesaria de la vida social humana. Aunque no soy etólogo ni sociólogo, sólo quería escribir algo así como: al parecer, no es difícil establecer contacto con los humanos. Si los chimpancés nos evitan y no se dejan ver, los humanos muestran incluso tendencia a ser filmados, entrevistados y observados sin mayores problemas, últimamente hasta a la hora de defecar, miccionar y cosaspor el estilo, como si cada individuo lo hiciera de manera diferente. En cierto modo, parecen depredadores observando a su presa, gozando por anticipado el festín, disfrutando de su superioridad, que pronto harán sentir sobre la víctima.
Las evidencias apoyan la idea de que entre los monos, especialmente entre los primates, el agrandamiento del encéfalo, de la neocorteza, les ha servido paramanejar las relaciones entre ellos, estableciendo alianzas, dirimiendo conflictos y soportandose lo mejor posible en esas tremendas concentraciones que han aparecido al paso del tiempo. Viviendo juntos sin convivir, mirarse sin verse, hablarse sin oirse. O unirse para tenderle un lazo a la presa.
¿Cuántas especies hay en el género Homo?
Probablemente nunca nadie se lo planteó abiertamente porese prurito que tienen los humanos cuando se refieren a sí mismos, autoelogiandose y autoengañandose, pero pareciera posible la existencia de más de una especie de Homo; son tan parecidas entre sí las poblaciones que ha sido aceptado el clasificarlas todas como Homo sapiens, pero quizá un análisis más cuidadoso, donde se tomen en cuenta marcadores moleculares, comportamiento, color de piel, talla,lenguaje y organización social, etc; permita separarlos por lo menos en subespecies. Todo indica que si se tratara de otro género ya se le habría separado en especies y subespecies, pese a ser fértiles las cruzas entre ellos (tampoco se les ocurre a las parejas que no pueden tener hijos que quizá se deba a esas barreras que se van formando a medida que se da el proceso de especiación).Adelantándome en esto y pese a la gran mezcla que ha habido recientemente, podría haber una subespecie por continente, y aún más. Una observación curiosa: si bien los machos y las hembras, humanas no muestran interés sexual por otros primates, los otros primates parecen excitarse ante la presencia de hembras humanas en estro. La indiferencia, deliberada o no, respecto a otros individuos con los cualespodrían aparearse, pero que parece impedirlo la no aceptación de la coloración de la piel, la estatura o la preferencia por sujetos con otras características, sin duda ha contribuido a la especiación y “subespeciación” dentro del género. Y aunque la “creación” de una especie es hasta ahora algo más bien subjetivo, cabe preguntarse si el cambio de un nucleótido en una secuencia dada es justificante paracrear especies y subespecies dentro del género humano. Porque ahora se sabe que las diferencias entre humanos y entre grupos humanos están a nivel de cambios en un solo nucleótido. Creo que lo anterior refuerza la idea ya aceptada que todos los primates, y sobre todo los grandes monos, son parientes unos con otros. Para dar idea de su obcecación por ser y sentirse “únicos” proclaman son ciertaalegría y satisfacción que el Homo sapiens neardentalis era en realidad otra especie. Más propiamente, subespecie. Y sin embargo se resisten a separarse como tales entre las ramas vivientes del género.
Aunque la especiación en humanos parece haber sido acelerada y ha propiciado, al parecer, la pérdida de sensores de feromonas, sobre todo de las feromonas de otras especies de monos. No olvidamos...
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