Tareas de quimica
El ángel de las bibliotecas, cuya tarea consiste en velar por los escritores y eruditos que lo merecen, es quizá en su interior un egiptólogo, porque una de sus conciencias más valiosas la proporciono al doctor Thomas Young, el físico ingles a quien, junto a Jean François Champollion, se debe el desciframiento de la piedra de Roseta, clave primera y principal de nuestra delos jeroglíficos.
Una noche de 1822 (el año en que Champollion, basándose en las investigaciones de Young, publico su estudio de la piedra de Roseta), Young se afanaba sobre su manuscrito de escritura jeroglífica. A excepción de tres nombres escritos en caracteres griegos
̶ Apolonio, Antígono y Antíoco, que él leía Antímaco ̶ , no conseguía encontrarle pies ni cabeza. Lo dejo delado, y examinando un nuevo envío encontró otro papiro, que resulto estar totalmente escrito en griego. Mientras lo recorría rápidamente antes de dejarlo a un lado, su mirada capto los mismos nombres que acababa de leer en el manuscrito egipcio, aunque de forma ligeramente diferente: Portis Apollonii y Antimachus Antigenis. Asombrado, se dio cuenta de que tenía ante sí una traducción del jeroglífico.El documento había sobrevivido 2 000 años para llegarle, desde otro confín del mundo, en el momento en que más falta hacía. Tal conspiración de acontecimientos, escribió más tarde, hubiese bastado en una época anterior para convencer a la gente que no solo había aprendido jeroglíficos, sino también los secretos de hechicería egipcia.
Las cajitas de oro.
Cuando el rey Eduardo VII de Inglaterraera joven, y todavía príncipe de Gales, era muy aficionado a la caza del zorro. Uno de sus habituales compañeros de cacería era un actor llamado Edward A. Sothern. Un día, como prueba de estima y afecto, el príncipe regalo a su amigo una cajita de oro, para cerillos, diseñada para ir unida a una cadena de reloj. Sothern mando a hacer otra igual, que más tarde regalo a su hijo Lytton.
LyttonSothern era también actor, y durante una gira por Australia regalo el duplicado por la cajita a un amigo de allí llamado Labertouche.
De regreso en Inglaterra, el hermano de Lytton, George, cazador de zorros como su padre, corría un día tras la jauría cuando se topó con el viejo granero por cuyas tierras transcurría la cacería. Al saber que George era hijo de Edward A. Sothern, el granjero le diola cajita de oro perdida veinte años antes y que había sido encontrada la misma mañana por un mozo que estaba arando.
El hermano de Lytton y George, Edward H. Sothern__ el tercer actor de la familia __, estaba de gira por América cuando esto ocurrió, y George creyó que valía la pena escribirle contándole el caso. Cuando Edward leyó la carta viajaba en tren con otro actor, Arthur Lawrence, aquien había conocido ese mismo día. Le conto la curiosa historia y se preguntó en voz alta que habría sido el duplicado. A lo cual, y para su asombro, respondió Lawrence haciendo oscilar una cadena. De ella colgaba una cajita de oro, que Labertouche había regalado a Lawrence.
Escrito en el viento.
Camille Flammarion, el célebre astrónomo francés del siglo XIX, era también estudioso delocultismo, y en especial de cómo puede relacionarse la aparición de fantasmas con el problema de la vida después de la muerte. En su libro Lo desconocido, publicado en 1900, refiere que cuando estaba redactando el capítulo sobre el viento de su gran obra L ̓Atmosphere, una ráfaga abrió de golpe su ventana, levanto las cuartillas que acababa de escribir y se las llevo. Pocos días más tarde le asombrorecibir de su editor las pruebas del capítulo desaparecido. El viento había llevado los papeles a una calle por la que pasaba el portero del editor, que a menudo hacía de mensajero para Flammarion. El portero se había limitado a recoger las cuartillas voladas y llevárselas al editor como de costumbre.
La bala que al fin dio en el blanco.
En 1883, Henry Ziegland, de Honey Grove(Texas), dejo...
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