¿Una batalla entre creadores y usuarios?
Lillian Álvarez
Mucho se oye hablar por estos días de propiedad intelectual, de la española Ley Sinde, la francesa Ley Hadopi, del llamado Acuerdo Comercial Anti-falsificación (conocido por ACTA), de las declaraciones de funcionarios, artistas y empresarios, de las protestas de los usuarios acerca de estas disposiciones, sin dudas más restrictivasque las vigentes, en contra del intercambio de “contenidos”, léase música, películas, software, libros, u otras obras “protegidas” por el copyright. Pudiera parecer una batalla entre creadores y usuarios en los que unos trabajan y crean y otros quieren disponer de esos resultados de forma gratuita. El dilema no es tan sencillo.
En su libro “Cultura libre: Cómo los grandes medios usan latecnología y las leyes para encerrar la cultura y controlar la creatividad” el norteamericano Lawrence Leassig aporta algunos ejemplos que nos pueden ayudar a entender qué sucede en la actualidad. Según Leassig, en 1933, después de valiosas investigaciones, a Edwin Howard Armstrong se le otorgaron cuatro patentes por su invención más significativa: la radio FM. Hasta entonces, la radio comercialhabía sido de amplitud modulada (AM), y Armstrong descubre que podía lograrse una transmisión del sonido muy superior con mucho menos consumo del transmisor y menos estática. Por aquel tiempo Armstrong trabajaba para la RCA, que dominaba el mercado de la radio AM y estaba interesada en descubrir un medio para mejorarla. Pero el invento no mejoraba la radio AM, sino que hacía nacer algo distinto quela superaba y amenazaba su poder, la FM. Sin dudarlo, la compañía lanzó una campaña para ahogar los resultados de la invención para lo que se valió del uso de sus influencias en el gobierno. En 1936, las patentes de Armstrong fueron declaradas sin valor, la RCA se negó a pagarle sus derechos, y se interpusieron una serie de litigios. Armstrong fue llevado a la quiebra y posteriormente alsuicidio.
Otro ejemplo utilizado por Leassig, tiene que ver con el nacimiento de la industria del cine de Hollywood. A principios del siglo XX, Thomas Edison ostentaba en los Estados Unidos el monopolio como inventor del cine y contaba con la Compañía de Patentes de Películas (MPPC, por sus siglas en inglés), que era sumamente estricta en cuanto a los controles que exigía. La MPPC fijó el mes deenero de 1909 como fecha límite para el cumplimiento de las licencias. Un mes más tarde, todos aquellos que se autotitulaban “independientes” protestaron contra el monopolio y siguieron con su negocio sin someterse a las exigencias de Edison. En el verano de ese mismo año, este movimiento se encontraba en su punto álgido y el país experimentaba una tremenda expansión en el número de cines. Fueentonces cuando la MPPC creó una subsidiaria conocida como Compañía General del Cine, que aplicó tácticas de coacción, confiscó equipos ilegales, suspendió el suministro de productos a los cines que mostraban películas sin licencia y monopolizó de hecho la distribución estadounidense de películas. Hubo una excepción: William Fox, que desafió al monopolio incluso después de que su licencia fuerarevocada.
“Se interrumpieron las filmaciones con el robo de la maquinaria, y con frecuencia ocurrían ‘accidentes’ que resultaban en la pérdida de negativos, equipo, edificios y a veces vidas”, según narra Leassig. Esto condujo a que los independientes huyeran de la costa este hacia California, lejos del alcance de Edison. Allí los cineastas podrían “piratear” sus inventos sin miedo a la ley.“Por supuesto, California creció rápidamente, y el cumplimiento efectivo de las leyes finalmente se expandió hasta el oeste. Pero como las patentes les concedían a sus dueños un monopolio verdaderamente ‘limitado’ (solo diecisiete años en aquella época), para cuando aparecieron suficientes policías federales las patentes ya habían expirado. Una nueva industria había nacido, en parte a partir...
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