Vida de una geisha
MINEKO IWASAKI
Prólogo
Me trasladé a la casa de geishas Iwasaki cuando aún no tenía cinco años y un año después comencé mi formación artística. Me encantaba el baile. Se convirtió en mi pasión; me entregué a él con gran fervor. Estaba decidida a ser la mejor y creo que lo conseguí.
La danza me ayudaba a seguir adelante cada vez que los demás requerimientos de laprofesión me resultaban en extremo pesados. Literalmente, ya que no sobrepaso los cuarenta y cinco kilos, y un quimono y los adornos para el cabello suelen alcanzar los veinte. Era una carga excesiva. Yo me habría contentado con bailar, pero las exigencias del sistema me obligaron a debutar como maiko cuando todavía era una geisha adolescente a los quince años.
La casa de geishas Iwasakiestaba ubicada en el distrito de Gion Kobu de Kioto, el karyukai más célebre y tradicional de todos. Es la comunidad en la que viví durante toda mi carrera profesional.
En Gion Kobu no nos referimos a nosotras mismas como geishas (que significa “artistas”), sino que usamos un término más específico: geiko o “mujer del arte”. Una clase de geiko, famosa en el mundo entero como símbolo de Kioto, esla joven bailarina conocida como maiko o “mujer de la danza”. En consecuencia, en adelante emplearé las palabras geiko y maiko a lo largo del presente libro.
A los veinte años “me cambié el cuello”, cumpliendo así con el ritual de transición que simboliza el paso de maiko a geiko. A pesar de todo, a medida que iba consolidándome en la profesión, me sentía cada vez más decepcionada por laintolerancia de nuestro arcaico sistema. Por ello traté de impulsar reformas tendientes a promover las oportunidades educativas, la independencia económica y los derechos laborales de las mujeres de la comunidad, pero mi incapacidad para cambiar las cosas me desalentó hasta el extremo de que, al final, decidí retirarme y, para disgusto de los más conservadores, lo hice en pleno apogeo de mi fama, a laedad de treinta años. Cerré la casa de geishas Iwasaki, que entonces estaba bajo mi dirección, embalé los preciosos objetos que contenía y los valiosos quimonos, y me marché de Gion Kobu. Me casé y ahora tengo una familia.
Viví en el karyukai durante los años sesenta y setenta del pasado siglo, época en la que Japón experimentó una transformación radical y la sociedad posfeudal se convirtió enuna sociedad moderna. Pero yo pertenecía a otro mundo, un reino peculiar cuya identidad y misión dependían de que se preservasen las tradiciones del pasado. Y yo estaba empeñada en conseguirlo.
Las maiko y las geiko al inicio de su carrera viven y se forman en un establecimiento denominado okiya, que significa “posada” aunque casi siempre se traduce por “casa de geishas”. Siguen un rigidísimoprograma de clases y ensayos, tan intenso como el de una primera bailarina, una concertista de piano o una cantante de ópera en Occidente. La propietaria de una okiya apoya de manera condicional a la geiko en sus esfuerzos para convertirse en profesional y, una vez que ésta ha debutado, la ayuda a organizar sus actividades. La joven geiko vive en la okiya durante un período estipulado -entre cincoy siete años, por lo general- y en ese tiempo la resarce de cuanto ha invertido en ella. A partir de ese momento se independiza y se instala por su cuenta, aunque continúa manteniendo una relación comercial con la okiya que la apadrinó.
La única excepción a esta regla es la geiko a quien se ha designado atotor¡, es decir, heredera de la casa y sucesora, que lleva el apellido de la okiya, yasea por nacimiento o por adopción, y vive en ella durante toda su carrera profesional. Las maiko y las geiko desarrollan su actividad en exclusivos salones para banquetes conocidos como ochaya, una palabra que a menudo se traduce literalmente por “salón de té”. Allí, ejercemos de anfitrionas en fiestas privadas a las que asisten selectos grupos de invitados. También actuamos en público en una...
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