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EL BULLYING EN LA ESCUELA: INTERROGANTES Y REFLEXIONES
EL BULLYING EN LA ESCUELA: INTERROGANTES Y REFLEXIONES
Julio César Carozzo Campos
Introducción
El bullying es un problema que desde hace más de dos décadas viene concitando preocupación en círculos
académico y profesionales interesados en hallar las explicaciones que lo distingan como una forma particularmente
corrosiva de violencia en la escuela y, desde luego, proponer acciones administrativas y profesionales que lo
erradiquen en forma definitiva de las aulas, asegurando de este modo que los estudiantes se manejen en una relación
de convivencia segura y armoniosa.
Nos parece, sin embargo, que el primer objetivo está siendo abordado de modo insuficiente o inadecuado y, en
consecuencia, las acciones y medidas que se recomienden a partir de ese enfoque carecerán de la eficacia esperada,
lo que provocaría un despliegue de dudas y cuestionamientos al valor de la ciencia empleada o a la dudosa calidad
de los profesionales que lo implementen, no obstante serviría para « ratificar» el dominio de una vieja concepción
según la cual las conductas de violencia existentes en los individuos son de naturaleza biológica y que no cabe
intervenirla ni enmendarla, sino solo controlarlas y/o regularlas mediante medidas disciplinarias y sancionadoras que
se deben impartir a los responsables de las agresiones, quienes al final de cuentas serían los únicos responsables del
bullying. Por eso la naturalización y la normalización de los comportamientos violentos en los individuos es el
enclave ideocultural más consistente contra el que hay que enfilar todos los esfuerzos investigativos.
Como todas las formas de violencia social, la ocurrencia de ellas tiene lugar en los contextos en donde transcurre
la vida social de los individuos y, en el caso del bullying, este se produce en las escuelas y se concretiza básicamente
en el marco de
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JULIO CÉSAR CAROZZO CAMPOS
las relaciones interpersonales que se da entre pares en el salón de clases y alrededores. En estas relaciones destaca
con notable visibilidad la asimetría de poder entre pares, de allí que el elemento más inmediato en la percepción de
los estudiosos que aspiran a su control es el de mejorar las funestas relaciones interpersonales entre estudiantes,
esencialmente. De modo que el verdadero mentor de la práctica violentista en la sociedad el orden social y su
cultura, son desconocidos y ajenos a nuestra intervención. El enfoque académico, vaciado de su esencia
sociohistórica, está condenado a una inutilidad práctica y a una actuación insuficiente y distractiva que ficciona
soluciones inviables en el marco de una estructura social violenta y agresiva contra todo lo humano.
En realidad estamos más interesados en conocer cómo es el desempeño de los agresores, de las víctimas y de los
espectadores, antes que del por qué actúan así. Preocupa mucho más relacionar el contexto familiar que influye en el
comportamiento de los actores del bullying antes que hurgar en el por qué de esas características dominantes en el
contexto familiar; describir el desempeño práctico que los docentes tienen en el acoso escolar y criticar su
indiferencia frente a la violencia antes que explicarnos el por qué de su pasividad y complicidad y, por último,
elaborar razones que «expliquen» científicamente que la violencia es un comportamiento natural de los individuos y
el bullying es una de esas tantas manifestaciones humanas, y apartarse de toda relación que el bullying guarda con el
ordenamiento social.
Por todo ello nos parece pertinente formularnos algunas preguntas que respondan a ciertas ...
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