1 Domingo de Cuaresma B
EVANGELIO
Se dejaba tentar por Satanás, y los ángeles le servían.
+ Comienzo del santo evangelio según San Marcos 1,1215
En aquel tiempo, el Espíritu empujó a Jesús al desierto.
Se quedó en el desierto cuarenta días, dejándose tentar por Satanás; vivía entre alimañas,
y los ángeles le servían. Cuando arrestaron a Juan, Jesús se marchó a Galilea a proclamar el Evangelio de Dios.
Decía:
«Se ha cumplido el plazo, está cerca el reino de Dios: convertíos y creed en el
Evangelio.»
Palabra de Dios.
HOMILIA
20142015
22 de febrero de 2015
EMPUJADOS AL DESIERTO
El Espíritu empujó a Jesús al desierto.
Marcos presenta la escena de Jesús en el desierto como un resumen de su vida. Señalo algunas claves. Según el evangelista,
«
el Espíritu empuja a Jesús al desierto
».
No es
una iniciativa suya. Es el Espíritu de Dios el que lo desplaza hasta colocarlo en el desierto:
la vida de Jesús no va a ser un camino de éxito fácil; más bien le esperan pruebas,
inseguridad y amenazas.
Pero el «
desierto
» es, al mismo tiempo, el mejor lugar para escuchar, en silencio y soledad, la voz de Dios. El lugar al que hay que volver en tiempos de crisis para abrirle
caminos al Señor en el corazón del pueblo. Así se pensaba en la época de Jesús.
En el desierto, Jesús
«
es tentado por Satanás
».
Nada se dice del contenido de las
tentaciones. Sólo que provienen de «
Satanás
», el Adversario que busca la ruina del ser humano destruyendo el plan de Dios. Ya no volverá a aparecer en todo el evangelio de
Marcos. Jesús lo ve actuando en todos aquellos que lo quieren desviar de su misión,
incluido Pedro.
El breve relato termina con dos imágenes en fuerte contraste: Jesús
«
vive entre fieras
»,
pero
«
los ángeles le sirven
».
Las «
fieras
», los seres más violentos de la creación,
evocan los peligros que amenazarán siempre a Jesús y su proyecto. Los «
ángeles
», los seres más buenos de la creación, evocan la cercanía de Dios que bendice, cuida y
defiende a Jesús y su misión.
El cristianismo está viviendo momentos difíciles. Siguiendo los estudios sociológicos,
nosotros hablamos de crisis, secularización, rechazo por parte del mundo moderno… Pero
tal vez, desde una lectura de fe, hemos de decir algo más: ¿No será Dios quien nos está
empujando a este «
desierto»? ¿No necesitábamos algo de esto para liberarnos de tanta
vanagloria, poder mundano, vanidad y falsos éxitos acumulados inconscientemente
durante tantos siglos? Nunca habríamos elegido nosotros estos caminos.
Esta experiencia de desierto, que irá creciendo en los próximos años, es un tiempo
inesperado de gracia y purificación que hemos de agradecer a Dios. El seguirá cuidando su proyecto. Sólo se nos pide rechazar con lucidez las tentaciones que nos pueden
desviar una vez más de la conversión a Jesucristo.
José Antonio Pagola
HOMILIA
20112012
26 de febrero de 2012
ENTRE CONFLICTOS Y TENTACIONES
Antes de comenzar a narrar la actividad profética de Jesús, Marcos escribe estos breves versículos: «El Espíritu empujó a Jesús al desierto. Se quedó en el desierto cuarenta días
dejándose tentar por Satanás; vivía entre alimañas, y los ángeles le servían». Estas
breves líneas son un resumen de las experiencias básicas vividas por Jesús hasta su
ejecución en la cruz.
Jesús no ha conocido una vida fácil y tranquila. Ha vivido impulsado por el Espíritu, pero
ha sentido en su propia carne las fuerzas del mal. Su entrega apasionada al proyecto de Dios lo ha llevado a vivir una existencia desgarrada por conflictos y tensiones. De él
hemos de aprender sus seguidores a vivir en tiempos de prueba.
«El Espíritu empuja a Jesús al desierto». No lo conduce a una vida cómoda. Lo lleva por
caminos de pruebas, riesgos y tentaciones. Buscar el reino de Dios y su justicia, anunciar ...
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