|123e4rtyu

Perdido en Buenos Aires
Como todas las mañanas, yo, Bilbo Bolsón, me desperté, fui a la cocina, y me prepare mi desayuno usual: huevos revueltos con 2 tiras de panceta recientemente frita, nada deotro mundo. Luego fui al baño, allí me bañe y luego me cepille los dientes, seguía sin pasar nada interesante. Más tarde salí a caminar un poco para tomar un poco de aire, y ahora empieza lointeresante.
Camine, camine sin cesar, pase la tierra de los hobbits-aguilas, la de los elfos, cuando encontré un agujero en el suelo que parecía bastante profundo. Me asome, grite pero no obtuve respuestas.Metí la cabeza un poco más profundo para poder ver si podía llegar a distinguir algo cuando me caí. Caí, caí, caí, caí y caí, sentía que era un viaje eterno así que decidí dormirme.
Me desperté creoque al día siguiente con un gran dolor en mi cabeza. No sabía dónde estaba. Veía unas extrañas criaturas que se transportaban en unos medios que no podría describir con mis palabras, tampoco seconcretamente como hacían para utilizarlos, pero creo que usaban sus poderes mentales para ello.
No sabía qué hacer, de a poco me empezaba a desesperar, cuando vi que una de aquellas criaturas se acercabaa mi posición. No tenía opción, así que me metí en un cilindro metálico que decía “basura”. Me asome por uno de los orificios del cilindro y vi que el sujeto se alejó. Falsa alarma. Salí del cilindroy vi pasar un rostro conocido. También tuve que salir de mi escondite sin importar las circunstancias y entre a correr al sujeto. Logre llamar su atención y me di cuenta que era Devielle, un tío míoque creíamos desaparecido desde hace un largo tiempo. Al principio no me reconoció, pero al tiempo recordó mi rostro y algunas historias que habríamos pasado juntos.
Hablamos, y hablamos, entre esascharlas me contó que aquellas criaturas en realidad se llamaban humanos y que no eran malos. También me invito a cenar a su casa para recordar los viejos tiempos.
En su casa comimos muy bien, me...