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Páginas: 311 (77599 palabras) Publicado: 23 de agosto de 2015
EL DIOS PIEDRA
DESPIERTA

Philip José Farmer

Título original: The Stone God Awakens
Traducción: José M. Álvarez Floret
© 1970 by Philip José Farmer
© 1976 Ediciones Dronte
Avda. Juan de Garay 1323
Buenos Aires - Argentina
Edición digital:
R6 11/02

Despertó y no sabía dónde estaba.
Crepitaban las llamas a unos veinte metros de distancia. El humo le picaba en la nariz y
le hacia llorar. Se oíangritos y voces de hombres.
Al abrir los ojos, vio que un trozo de plástico caía desde debajo de sus brazos, que
tenía extendidos ante él. Algo golpeó levemente sus rodillas, se deslizó piernas abajo y
cayó sobre un disco de piedra bajo él.
Estaba sentado en una silla... su silla de despacho. La silla estaba sobre el asiento de
un inmenso trono tallado en granito, y el trono sobre una plataformaredonda de piedra.
Había sobre la piedra manchas de un color oscuro, entre rojo y marrón. Lo que había
caído era una parte de la mesa sobre la que había estado apoyado después de
desmayarse.
Se hallaba al fondo de un gran edificio de gigantescas vigas y columnas de madera.
Las llamas lamían la pared avanzando en su dirección. El techo del otro extremo había
caído en parte y el humo salía por elhueco y se perdía en el viento. Pudo ver el cielo
fuera. Era negro, y luego, lejos, flameó un relámpago. A unos cincuenta metros de
distancia, había un cerro iluminado por las llamas, en cuya cima distinguió la silueta de los
árboles copudos llenos de hojas.
Un instante antes era invierno. La nieve se apilaba profunda alrededor de los edificios
del centro dé investigaciones de las afueras deSyracusa, Nueva York.
El humo se amontonaba bloqueando su visión. Las llamas saltaban más arriba y más
lejos hacia las largas mesas y los bancos y las gruesas columnas que sustentaban el
techo. Parecían éstas como tótems con sus extrañas cabezas grabadas, una sobre otra.
Había en las mesas platos, jarras y algunos utensilios simples. Una jarra, volcada, había
derramado un líquido oscuro sobre la mesa máspróxima.
Se levantó y tosió cuando el humo envolvió su cabeza. Se agachó y salió del asiento
del inmenso trono, que, ahora que estaba iluminado por las cercanas llamas, se reveló
como una masa de granito salpicada de cuarzo en rojo y negro. Desconcertado, miró a su
alrededor. Pudo ver el borde de una puerta parcialmente abierta (era una puerta de dos
batientes, muy grande) y fuera había más llamasy cuerpos luchando, debatiéndose,
tambaleándose, cayendo, y más gritos y chillidos.
Tendría que abandonar el lugar antes de que el humo o las llamas le alcanzasen, pero
tampoco quería salir de allí para entrar en la batalla. Se agachó sobre la plataforma de
piedra y luego descendió hasta el duro suelo de tierra de la sala.
Un arma. Necesitaba un arma. Palpó en el bolsillo de su chaqueta y sacóuna navaja.
Apretó un botón y brotó una hoja de unos quince centímetros. Era ilegal llevar un cuchillo
de aquel tamaño en Nueva York en 1985, pero si un hombre quería defenderse en 1985,
tenía que hacer algunas cosas ilegales.
Caminó con rapidez a través del humo, aún tosiendo, y llegó hasta la doble puerta. Se
puso de rodillas y miró por debajo, pues el borde inferior de la puerta quedaba muyalto.
Las llamas del vestíbulo y de los otros edificios se combinaban para iluminar la escena.
Danzaban alrededor peludas piernas y rabos, blancos, negros y marrones. Las piernas
eran humanas y sin embargo no lo eran. Se inclinaban extrañamente; parecían patas
traseras de cuadrúpedos que hubiesen decidido mantenerse en pie, como los hombres,
desarrollando así unas piernas medio humanas medio animales.Uno de aquellos seres cayó de espaldas, con una lanza clavada en el vientre. El
hombre se sintió aún más confuso e impresionado. Aquella criatura parecía un cruce de
ser humano y gato siamés, la piel del cuerpo era blanca; la cara, por debajo de la frente,
negra; las partes inferiores de los brazos, piernas y rabo, negras. La cara era como la de
un ser humano, pero con nariz redonda y negra como...
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