Abuso Infantil
El periodismo y la política van de la mano, ya que las dos son de suma importancia para el país, importantes contingentesde periodistas, irreconciliables e irredentos, han desempolvado viejas nociones del intelectual comprometido, del compromiso y la militancia, para justificar suscoartadas cotidianas, a veces apasionadas y otras, pocas, conceptuales. A unos y a otros les ha dado por lanzar arena en los ojos de los lectores para llevar agua a su propiomolino, para que la razón de sus convicciones se trasmute en revelación divina, exaltada, unívoca, ineludible y poderosa. Ambos grupos actúan en nombre del bien común, invocanla defensa de la democracia, de la justicia y de la redención, actúan en nombre de la libertad de expresión y acusan al adversario de manipular la información, de mentir,de agredir, de promover un escenario político de consecuencias diabólicas.
La actual confrontación política impide ver a periodistas y medios, militantes y combativos,que estas prácticas de mal periodismo debilitan sus propias causas. Afectan la imagen de calidad periodística que se exigen los medios de envergadura, debilitan lacontundencia de sus denuncias y campañas, erosionan la credibilidad en torno a sus posiciones e intereses, y los hace vulnerables a su utilización por parte de terceros.
Perolo que es más grave, deja a la población, a las audiencias sin información creíble, sin medios creíbles. La democracia queda desnuda, sin la autoridad de los medios paradotarla de instrumentos de discernimiento y orientación. Es más sólida una democracia con medios fuertes por creíbles que una sociedad con medios fuertes por comprometidos.
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