Akja

Anécdota de mi Barrio
A lo largo de toda mi vida viví en la calle Madrid ubicada en Miraflores cerca al malecón Cisneros, hasta que me mudé hace cuatro años. En ese barrio, pasé de todo: alegrías,momentos inolvidables, tristezas, etc. Sin embargo, de todo lo que viví ahí lo menos posible de olvidar sin lugar a dudas era a la señora Teresa. Ella era una octogenaria vecina que no hacía más quegritar aclamando su amor hacia la naturaleza por su ventana.
A cualquier persona normalmente le molesta que alguien grite escandalosamente, sin embargo, en el barrio se hizo tan natural escuchar esosgritos a diario, que ya formaban hasta parte del día y nadie se quejaba, es más, hasta nos burlábamos porque sabíamos que en cualquier momento pararía de gritar y sería en vano intentar callarla porquedefinitivamente, estaba loca.
Cómo olvidar sus interrupciones a los partiditos de fútbol, cómo olvidar sus gritos eufóricos cuando había dos pájaros volando cerca de él cómo olvidar cuando amenazabacon tirarse de su ventana pensando que podía volar. La señora Teresa, aún así, era una buena persona, ya que le encantaba los niños y les decía cosas bonitas a todos, sin embargo, como tenía uncarácter fuerte y era un poco brusca quizás, a los niños no le gustaba y hasta lloraban cuando la veían porque siempre lucía un aspecto similar a una bruja. Es más, en una de sus miles de apariciones en lapuerta de mi casa ofreciendo pan, justo ese día había venido mi primo de cuatro años a mi casa, y al abrir la puerta con él tomado de mi mano, Teresa quiso tocarlo, y en el intento, mi primito lemordió la mano de manera que hasta le hizo sacar lágrimas de los ojos a la pobre anciana. Tuve la oportunidad de entrar a su casa sólo una vez, a los 12 años y pude ver el interior de ella. Vivíasolamente con una enfermera, no tenía hijos y nunca se casó. Entrabas por una puerta de madera, subías por una escalera estilo caracol y ahí se encontraba su dormitorio en medio de carpetas viejas con...