Al compás de la palabra, en una danza exquisita.

Al compás de la palabra, en una danza exquisita.
Estaba por comenzar la asignatura Práctica Discursiva, eran aproximadamente las 7 a.m.la mañana estaba deliciosamente fresca. El salón sehallaba abarrotado de pupitres ocupados. El aula se pobló de palabras, de expresiones, anécdotas, y de admiración. La clase rompió con su rutina, tornándose especial. Fue un verdadero tsunami deimágenes.
En ese marco estuvo con nosotros, Rodolfo Capaccio ex docente de la carrera de Comunicación, caracterizado por sus destacadas narraciones e invitado como fuente de inspiración. Lainformación que teníamos de él, nos mantenía expectantes. Desde el momento que comenzó el intercambio, avariciosos sobre sus experiencias, registrábamos, una a una lo que con tanta fluidez desarrollabaeste carismático mentor. Entender qué sentido tiene esto de contar hechos o historias, y por donde van, de producir comunicación, información y exquisitos relatos.
Esta cátedra es para mí unnuevo desafío. ¿Cómo planteamos los hechos? ¿Qué decimos? ¿Dé que manera? Y me digo a mi misma: necesito una dosis artística, para darle otras miradas y cultivar en los tenores de las contingenciascreativas. Una dosis de conocimientos multidisciplinarios, para no caer en un pensamiento de escaso vuelo. Necesito las herramientas para poder dar un “giro al lenguaje”. Como lo plantea Albert Chillón.Y al hombre despojado le queda el tesoro del vocablo. Y que mayor fortuna la de la palabra, que permite mejorarnos a nosotros mismos.
Y en este contexto social, cultural, político, algunosescriben para gozar de la libertad de expresión, de opinión. Otros como una suerte de terapia, y proteger su vida emocional e intelectual con la misma escritura. O quizás quieren compartir historiasconsideradas interesantes. Algunos son profesionales, otros lo hacen como hobbies, pasatiempo, o para realizar críticas de la “realidad” En fin, no importa el porqué, no importa el formato. Lo...