aleluya

González, es el broche de oro para el fin campamento salitetrero Coya Sur, cuya selección de fútbol juega el último partido de su historia, de local y frente a su invicto archirrival: María Elena. Elcampamento lo cerrarán definitivamente y sus habitantes serán reacomodados en otros lugares de la pampa desmantelando las casas y la vida de los coyinos. Esta última pichanga es la oportunidad dedarle al campamento un final feliz.
Hace años que María Elena era invencible para Coya Sur. Sindo una oficina más importante que Coya Sur, lograba seleccionar personal y gestionar traslados de modo quesu selección siempre fuera más poderosa que las demás y, por supuesto, mejor que la de Coya Sur. La desesperanza es máxima.
Hasta que González, un malabarista del balompié, llega misteriosamente a laoficina, con su pelota blanca y su camiseta del Green Cross. Sus peripecias –dignas de cualquier esquina capitalina– fascinan a los coyinos quienes pretenden reclutarlo para que juegue el partido deldomingo, pero el Fantasista sólo viene de paso y sigue raudo camino a Tocopilla.
La historia sigue durante toda esa semana, con los relatos de Cachimoco Farfán insertos del partido del domingo, conel trabajo y las conversas por retener al Fantasista, por las estrategias futboleras fuera de la cancha para intimidar al rival, por fortalecer la confianza de los jugadores, por compartir junto a loscoyinos la desazón conformista del cierre de su campamento.
Cuando hagan la película, será sin duda una comedia. Una comedia negra, llena de tierra y sudor, de tragedias ironizadas por la patotapara la que siempre la pichanga del domingo será una vía de escape, un soporífero que deja a todo felices mientras se desmorona la historia de un pueblo.
El libro me sacó risas, carcajadas a decirverdad, y me ha hecho recomendárselo a todo el mundo.
Llega un personaje inolvidable, un verdadero mago con el balón. Los habitantes de la salitrera Coya Sur se ven enfrentados a dos acontecimientos que...