alimentacion para enfermedades autoinmunes

Weston A. Price
Nutrición y degeneración física
Una comparación entre las dietas primitivas y las modernas
y sus efectos


































































Prefacio
La amble recepción ofrecida a mis informes sobre los estudios de campo que he realizado entre los pueblos primitivos, y lasnumerosas solicitudes de copias y de ampliación de datos que he recibido, junto con la necesidad de proporcionar interpretaciones y análisis de los datos, me han animado a afianzar mis investigaciones. También he recibido muchas peticiones de mis pacientes y de los miembros de las profesiones médicas y dentales para que hiciera declaraciones concretas en referencia a aquello que he descubierto en misinvestigaciones que de algún modo pudiese ser útil a modo de procedimiento de prevención en temas de salud. Además, he sido consciente de la oportunidad de ser provechoso a los miembros de las distintas poblaciones primitivas que he estudiado y que declinan tan rápido en salud y en número cuando establecen contacto con nuestra civilización moderna. Ya que estas poblaciones tienen tanta sabiduríaacumulada que podría perderse si desaparecieran, parece importante que aquellos elementos que se presentan en los contactos con las sociedades modernas y que son tan destructivos para ellos sean descubiertos y eliminados.
Quiero dejar constancia de mi profundo agradecimiento a los funcionarios de todos los países donde he estado por la gran amabilidad y ayuda que me han prestado al proporcionar laoportunidad de que llevara a cabo mis investigaciones. La lista de personas a las que quiero agradecer su colaboración es demasiado larga como para que pueda mencionarlas a todas. Una de las mayores satisfacciones de mi trabajo ha sido el privilegio de conocer a las magníficas personas que desde sus puestos fronterizos se esfuerzan apasionadamente por mejorar el bienestar de los indígenas a los queestán asistiendo, pero que están consternados con el reconocimiento de que, bajo el programa de modernización, los nativos declinan en salud y se ven afectados por nuestras modernas enfermedades degenerativas. Me sentiría afortunado si todos estos agentes de campo pudieran ser provistos de una copia de este informe que ellos han ayudado a hacer posible.
Con el fin de facilitar la información alpúblico más amplio posible, he evitado el lenguaje técnico; por ello, pediría la indulgencia de los lectores profesionales.
Hay algunas personas cuya ayuda debo reconocer especialmente: reverendo padre Juan Siegen y doctor Alfred Gysi de Suiza; la señora Lulu Herron y el doctor J. Romig de Alaska; el Departamento Indio de Ottawa; el Departamento de Asuntos Indígenas de Washington D.C.; losfuncionarios de los ocho archipiélagos del Pacífico estudiados; el coronel J.L. Saunders de Nueva Zelanda; el Ministro de Salud de Nueva Zelanda; el doctor W. Stewart Ziele de Sidney, Australia; el señor Herbert Gepp de Melbourne, Australia; el doctor William M. Hughes, Ministro de Salud, Canberra; el doctor Cummiston, Director General de Salud, Canberra, Australia; el doctor Rapael Cilento deQueensland, Australia; el señor E.W. Saranealis, Thursday Island; el Departamento de Salud de Kenia, África; el Departamento de Salud para el Congo Belga, Bruselas; el Departamento de Parques Nacionales, Congo Belga; el Ministro del Interior, Perú; el doctor Albert Giesecke y Esther Giesecke de Perú; los directores de museos de Sidney y Canberra, Australia; Auckland, Nueva Zelanda; Vancouver, y Toronto,Canadá; Washington, Nueva York y Chicago, Estados Unidos; Juneau, Alaska; Roma, Italia; y el Cairo, Egipto; los editores de la revista Ohio State Medical Journal, de la revista de la Asociación Dental Americana, de la revista Dental Digest y de la revista Dental Items of Interest; mi fiel secretaria, la señora Ruth MacMaster; el profesor W.G. Garnett, que tan amablemente se prestó a hacer una...