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ESLABON DE UNA REALIDAD COLOMBIANA

A lo largo de las décadas, nuestra sociedad colombiana está en continua búsqueda de mejorar de alguna manera, el tema del conflicto armado frente a el panorama poco esperanzador de estadísticas que cotejan el quiebre social, económico y político al que se enfrenta toda una nación. Para las nuevas generaciones, la represión de los grupos armados sobre lapoblación civil acorrala las esperanzas, los sueños de construir una sociedad basada en la libertad, la justicia y el derecho.
El pueblo ha luchado desde siempre por despertar conciencias y romper el silencio a veces indiferente, en la mayoría de los casos temeroso, frente a las agresiones de los grupos armados que privan de la libertad, vulneran los derechos humanos y empobrecen con la guerra a lasociedad.
Según el Informe anual de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos en Colombia como en años anteriores, las FARC-EP y el ELN continuaron sistemáticamente despreciando el derecho internacional humanitario y el derecho internacional de los derechos humanos. Se registraron asesinatos selectivos y violaciones sexuales. Muchos de los asesinatos de líderes yautoridades indígenas del norte del Cauca apuntan a la implicación de las FARC-EP y a su práctica de imponer el orden social. Su capacidad para intimidar desbarata el tejido social. La colocación de minas y artefactos explosivos improvisados en las inmediaciones de las instalaciones educativas, sanitarias y policiales siguió lesionando todos los derechos de los afectados. Las estadísticas oficialesindican un aumento del 39% de las muertes de civiles como consecuencia de las minas y un incremento mucho mayor de los actos de sabotaje. Los atentados contra entidades de propiedad del Gobierno como las torres eléctricas y los oleoductos son considerados ataques contra objetivos "legítimos" por estos grupos, pero afectan principalmente o de manera desproporcionada a la población civil y constituyen,por ejemplo, violaciones de los derechos a la salud, la educación y el trabajo. La Oficina en Colombia continuó documentando casos de amenazas, vigilancia, robos de información, violencia sexual y homicidios contra defensores de los derechos humanos.

Frente a este balance inquietante surge la pregunta en este proceso de estudio de caso si en realidad han sido asertivos los caminos que elGobierno ha planteado y por qué el silencio de un país dividido embotado, temeroso y en algunos casos estoico para buscar soluciones efectivas en el proceso de paz. ¿Es un tema que a todos les interesa? ¿El conflicto en Colombia es motivo de preocupación para quienes son directamente afectados? ¿Cal es el aporte como ciudadano para la paz? ¿Cómo abordar las agresiones de los grupos armadosilegales?

Una respuesta importante a estas preguntas se plasma en el informe sobre derechos humanos en el que dicen que las FARC-EP también han sido acusadas de asesinatos, amenazas y otras violaciones contra los defensores de los derechos humanos. ¿Quién se atreve a hablar en nombre del pueblo asediado y amenazado? Los defensores que trabajan en casos de ejecuciones extrajudiciales han recibidoamenazas de agentes estatales. En zonas de intenso conflicto, los defensores —en particular los líderes indígenas— siguen siendo objeto de acusaciones de pertenecer a grupos guerrilleros, así como de estigmatización y de detenciones arbitrarias. Se adhiere a esta problemática que en Colombia la libertad de expresión y opinión pueden dejar como consecuencia la muerte. Las medidas de protección no sonsuficientes y eficaces en la mayoría de los casos

Un aporte muy valioso a la investigación lo reflejan las entrevistas aplicadas en las que a personas del común se les abordo con una serie de preguntas en las que claramente se aprecian posturas variables frente a lo que se puede hacer para contribuir a la búsqueda de soluciones a este conflicto.

“Como ciudadano he vivido, tengo 54 años,...