Analista Financiero

Convirtiendo estrategia en acción: teatro de operaciones

Comprender las limitaciones operativas impuestas y las opciones derivadas y una tecnología militar adaptada al campo de batalla son claves para vencer.
El factor que más puede determinar y cambiar la importancia de los distintos elementos en la contribución a prevalecer sobre los adversarios es sin duda la naturaleza del teatro deoperaciones. Comprender las limitaciones operativas que impone y las opciones derivadas del mismo, junto con un uso de una tecnología militar adaptada al campo de batalla, son la base de una estrategia ganadora.
Guerras de Afganistán
El ejemplo reciente idóneo donde la tecnología militar y la superioridad numérica de tropas son anuladas por un mejor aprovechamiento del teatro de operaciones son lasGuerras de Afganistán, tanto las libradas por los rusos en los ochenta como las actuales.
A lo largo de la Historia el general que mejor ha sabido comprender las limitaciones del teatro de operaciones y buscar la mejor opción de plantear batalla en condiciones óptimas era Julio César. Durante la Guerra de las Galias, contra un pueblo que militarmente estaba bien organizado y liderado por uncaudillo de gran talla, como Vercingetorix, contando en su contra la necesidad de avituallar a sus tropas desplegadas lejos de la metrópoli, supo desplegar una tremenda campaña de movilidad y sólo plantear batalla cuando las condiciones le eran favorables. Su incursión sobre Britania para eliminar las rutas de abastecimiento de los Galos y cómo fue capaz de arrinconar a su caudillo hasta acabar con élen Alesia son el paradigma de la guerra de movilidad. Como decía Napoleón: “La masa de los ejércitos está en su número, y su efecto multiplicador en la movilidad”.
En las Guerras de Afganistán, el terreno montañoso y la falta de una red de carreteras han hecho que la ventaja tecnológica de los rusos en los ochenta y las fuerzas de la ISAF en la actualidad desaparezca. Con un conflicto en el quela solución de la ISAF sea crear su propio cómputo del conflicto que enmascare el fracaso de las operaciones y de esta manera generar unas estadísticas ficticias que avalen la necesaria retirada. Esta retirada viene impuesta más por la falta de resultados y la crisis económicas de las potencias que sostienen la coalición. Una vez eliminada la amenaza terrorista, es difícil explicar la permanenciaen un conflicto en punto muerto, cuya única estadística real es un masivo drenaje de recursos (100 mil millones de dólares anuales para Estados Unidos sobre un presupuesto de Defensa de 700 mil millones de dólares, frente al coste de las operaciones americanas en Libia, de mil millones de dólares).
Como dicen los afganos, los occidentales son dueños de relojes, pero ellos son dueños del tiempo.Sostener a un soldado de la coalición está por encima del millón de dólares anuales, mientras que el talibán cuesta 2.000 dólares. La única estrategia recomendable está en remontarse a la usada por César frente a los galos, una incursión sobre Pakistán (Britania) para cortar sus vías de abastecimiento, algo imposible por cuestiones políticas, junto con una campaña de movilidad donde se obligue a lasfuerzas talibán a combatir en situaciones desfavorables hasta acorralar al líder, el Mullah Omar (Vercigetorix), serían las opciones más viables para que la ISAF pueda abandonar Afganistán con algo más que unas buenas estadísticas ficticias.
La historia será dura con la efímera Administración Obama por capítulos que más recuerdan los oscuros años de la Roma Imperial con mediocres emperadorescelosos de sus mejores generales. Así, sus dos mejores militares han sido destituidos: primero el General Michael Moseley, Jefe de Estado Mayor de la Fuerza Aérea y arquitecto del Network Centric Warfare, que en 2008 fue destituido por un Secretario de Defensa ya a las órdenes de Obama. Después, el General Stanley McChrystal, el general que reunía las condiciones idóneas para dirigir la Guerra de...