Anarquia

Un día recibí una carta de un pariente por parte de mis abuelos llamado Arzilt, que vive en la otra parte del mundo, en un país donde esta instaurada recientemente una forma de gobierno que se denomina anarquía; en la carta me contaba las bondades de dicha forma de gobierno, donde las reglas de convivencia son resultado de pactos voluntarios. Según me cuenta los ácratas que así se hacen llamar,no aceptan la legitimidad de ninguna imposición, desde su perspectiva, para que una acción tenga valor moral debe emanar de la decisión libre de quien la emprende. Para ellos, las personas no han nacido para obedecer, sino para decidir por sí mismas.

En dicha carta, Arzilt me invitaba a visitarle, así que ni corto ni perezoso me dirigí a una agencia de viajes y compre un billete para dichopaís. El 6 de julio aterricé en un aeropuerto cercano a la frontera de Analandia, que así se llama el país de Arzilt, porque este pequeño territorio no tiene aeropuerto propio; al llegar me di cuenta que, con las prisas, no le había comprado ningún presente y me acerque a una pequeña localidad fronteriza con Analandia para adquirir algún presente, el taxi que me llevaba tuvo que detenerse a laentrada del pueblo, porque unas vacas estaban ocupando la calzada, a la derecha se encontraba una mujer llorando amargamente y le preguntó el conductor por lo que le sucedía, ella le contestó que su marido había muerto y que no había podido venden las vacas en el pueblo, lo cual supondría que no podría dar de comer a sus 8 hijos, esto me conmovió y pensé que sería un gran regalo para mi primo por loque compré aquellas dos lustrosas vacas y hice feliz a aquella mujer. El taxista se puso en contacto con su cuñado que conducía una furgoneta de transporte y nos dirigimos a la casa de Arzilt con semejante regalo. Al pasar la frontera me di cuenta que no existía aduana ni control de paso, el conductor me dijo que se daría la vuelta a los pocos kilómetros porque allí el conducir no era seguro, desdela instauración de la anarquía no existían los limites de velocidad, ni había normas legales para la circulación, por lo cual todo era peligroso, los conductores carecían de seguro e incluso no era obligatorio el carné; yo no daba crédito, pero de repente vi a dos coches que venían ocupando los dos carriles de la carretera, el conductor de la furgoneta se salió de la calzada, me bajo a mí y alas vacas dándose la vuelta a su país. De esa manera, me encontré a 10 kilómetros de la casa de mi primo y tirando de las vacas, al rato de caminar dos personas se me acercaron y me amenazaron con una pistola, así que me robaron todo el dinero que llevaba, menos mal que al cabo de 4 horas llegue a casa de Arzilt, este se puso muy contento y agradeció mucho mi regalo, ya que eran tiempos difícilesy todo estaba todavía patas arriba. Le conté que me habían robado y que fuéramos a denunciar el hecho a la policía, a lo que este contesto riéndose ya que allí no existía la policía. Me explicó que cuando sucedía algo semejante se ponían los conciudadanos de acuerdo y lo solucionaban a su forma. Después, me presentó a su hija y a su mujer. La encantadora niña se puso como loca de contenta alver a las dos vacas, incluso le puso nombre a éstas. Decía exaltada “bien, bien, se llamaran: ¡Juana y Florinda!; y ahora podré ir en ellas montada al cole”.

Al día siguiente, vino un vecino a enseñar a mi primo a ordeñar las vacas y como agradecimiento le regalo un poco de leche. Este tan encantado con esa leche no tuvo otra ocurrencia mejor que contarlo por todo el pueblo, y decidió juntocon los demás conciudadanos que las vacas ahora pertenecían al pueblo, y así fue, todas las mañanas los vecinos venían a por leche para desayunar y todo era un caos. Mi primo aunque tenía que mantenerlas y cuidarlas no tenía más remedio que aceptarlo, era imposible conseguir que se le reconociera la propiedad de las vacas.

En una de tantas conversaciones entre mi primo y yo salió el tema de...