Animalandia

Había una vez una granja en la que había muchos animales, era la granja de Don Tito, un señor que amaba a los animales, le gustaba cuidarlos, jugar con ellos. Y todos los veranos iban muchos niños a pasar las vacaciones allí y ayudar a Don Tito con el cuidado de los animales.
El verano pasado, muchos niños de unos 10 y 11 años, que no se conocían entre ellos fueron a la granja. Don Tito siemprelos esperaba con muchas actividades para hacer, en las que los niños trabajarían en grupos para así comenzar a conocerse. Una de las actividades consistía en que cada niño decía su nombre y lo que le gustaba hacer. Paula comenzó a contar que a ella le gustaba pasar tiempo con los animales y se detuvo ahí, quería decir algo más pero tenía miedo de que no le creyeran. Luego siguió Lucio, él contóque en su casa tenía un toro mecánico y que su pasatiempo favorito era pasar horas montándolo, después siguió Simona, a quien le gustaba andar en caballo, y así todos los niños fueron contando lo que les gustaba.
Pasaron los días, y los chicos, aunque tenían sus diferencias, se hicieron muy amigos.
En el pueblo, había una gran fiesta campesina, donde siempre concurrían grupos de distintas granjasde los alrededores. La fiesta duraba 3 días, y el último día había una competencia en la que el ganador se llevaba $50.000 de premio. Pero para ganárselo, los chicos debían enfrentar a “Los Leones”, ese grupo era el que ganaba todos los años, eran los mejores.
-Anotémonos en la competencia, chicos – dijo Simona.
-¡Estás loca! No podemos competir contra Los Leones- dijo Gastón, uno de los chicos.
Ylos demás le dieron la razón a Gastón. Ellos pensaban que no tenían las capacidades necesarias para ganarle a ese grupo tan ganador.
Cuando llegó la noche, los chicos fueron a un comedor del pueblo a cenar, y para su sorpresa, Los Leones también estaban allí.
-Llegaron los chiquitos del viejo Tito-dijo Lucas, uno de los leones, queriendo provocarlos. Pero los chicos no le hicieron caso ysiguieron su camino. Se sentaron en una mesa bastante alejada. Aunque el cruce de miradas era inevitable.
En el patio del comedor había un toro mecánico, y Lucas, otra vez provocativo preguntó:
-¿Quién se atreve a competir conmigo? El que resista más tiempo gana.
-Yo- dijo Lucio. Y se subió al toro.
Luego, Lucas pidió que aumenten la velocidad del toro
-para demostrarles cómo en verdad se hace- disparó.Los chicos se fueron muy tristes. Jamás ganarían la competencia.
Y para sumar tristezas, cuando llegaron a la granja, Don Tito dijo que tenía algo para decirles.
-Habla Tito, te veo muy preocupado- dijo Paula.
-Perdonen, pero tengo que vender la granja-contestó Tito.
-¿Cómo puede ser? ¿Por qué Tito? Si la granja es lo que más amas en el mundo, toda tu vida cuidaste de ella y de todos estosanimales-dijo Simona.
-Ya no puedo mantenerla-respondió él.
Cuando todos dormían, una cabrita fue hasta la pieza y despertó a Paula.
-En la granja están todos esperándote- dijo la cabrita.
Entonces Paula se levantó y, sin que nadie se diera cuenta, fue hasta la granja. Allí estaban todos los animales de la granja esperándola para pedirle por favor que los ayude. Ellos no querían ser vendidos.
-Tú eresla única que puedes ayudarnos- dijo el caballo.
-No puedo, no sé cómo ayudarlos - respondió ella.
-¿No puedes o tienes miedo de que pienses que estás loca porque hablas con animales?-le dijo la vaca.
Paula, con lágrimas en los ojos, les dijo que la perdonen, pero que ella nada podía hacer.
Cuando amaneció, todos los niños armaron sus bolsos, se despidieron de Tito y se subieron al colectivo paravolverse a casa.
En el camino, todos iban comentando lo triste que fue dejar así a Don Tito.
-¡Daría todo por poder ayudarlo!- dijo Lucio.
Paula iba callada, pensativa. Hasta que se animó y dijo:
-¡Chicos! Tengo la solución.
Sus amigos se reían. ¿Qué solución podía tener ella?, pensaban.
-¡Volvamos y participemos de la competencia! ¡Podemos lograrlo!- dijo Paula.
-¿Cómo lo lograremos?-Preguntaron...