Antropólogo Inocente
Nigel Barley presenta en este libro un relato irónico y, a ratos, descarnado delobjeto más preciado de la aproximación antropológica: el estudio de campo y la observación participante. Este tipo de estudio, considerado un rito de paso, para todo antropólogo, es el que intentarealizar el autor después de enseñar antropología por unos años. Ante esta opción, para él no fue fácil decidir si hacer trabajo de campo era una de esas tareas desagradables, como el servicio militar,que había que sufrir en silencio, o si por el contrario se trataba de uno de esos ‘privilegios’ de la profesión por el cual había que estar agradecido. Sin embargo, el peso de la tradiciónantropológica que, desde Bronislaw Malinowski y sus estudios en Melanesia, ha empujado al antropólogo a vivir entre el pueblo estudiado es fuerte y lo empuja a buscar un destino para poner en práctica la esenciade la etnografía. Tras múltiples indagaciones entre colegas con larga permanencia en sociedades exóticas, que no hacen sino dejarlo más confundido, Barley decide emprender su trabajo de campo enÁfrica, para estudiar la cultura de los Dowayos, en Camerún.
El libro se estructura en trece capítulos que reconstruyen la secuencia tradicional del proceso etnográfico: elección de una comunidad,...
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