Apostillas del fin de semana

Apostillas del fin de semana

El viernes al mediodía le robo un tiempo al trabajo y paro en un pago fácil a hacer efectivo el primer pago de mi aporte por la vuelta del gasómetro a Av. La Plata. Llego tercero en la fila y de a poco se van sumando varias personas más. Es un local de lotería en una esquina sobre la Av. Montes de Oca al 1300 en Barracas. Una mujer con un carrito de bebé hace lopropio, consulto con la persona que está adelante mío la posibilidad que ella pase primero, él está de acuerdo, y entablamos una pequeña conversación. Me cuenta una anécdota de como en un supermercado al hacer lo mismo, quien estaba detrás de él consiente dejar pasar a la mujer pero con la condición de no perder el segundo lugar en la fila y hacerlo pasar a él al tercero. Coincidimos en que haypersonas que nunca quieren perder y son capaces de excusas impresentables. La caja se desocupa y es su turno. Llega otra señora con un carrito de bebé y se repite la operación. Sale mi compañero de fila y se despide con un: - ¡Chau varón!- muy acorde a nuestra edad y al barrio. Sonrío y devuelvo el saludo. A mi turno en la caja pago por mi sueño, salgo y doblo la esquina, el sol me pega en la cara ytodos felices. Con el ticket en la mano vuelvo a mis ocupaciones pensando en que a veces pequeños actos individuales sumados llegan a ser grandes logros colectivos.
Por la noche el equipo me devuelve con creces mi pequeño aporte y golea 3 a 0. Por momentos con autoridad se florea en un campo de juego sin público, aunque con gritos de gol que retumban en el silencioso cilindro. Nos conformamosviéndolo por tv y nos abrazamos con Beni en cada conquista.

El sábado 9 y 30 de la mañana en el club de barrio en donde los chicos practican kung fu, se realizó un torneo exhibición para recaudar fondos para terminar la construcción del nuevo espacio en donde realizar sus actividades. Participantes de diferentes disciplinas: aikido, taekwondo, tai chi, kung fu y yoga se dieron cita. Unas 300 o 400personas entre niños, adolescentes y sus acompañantes. Cafés, tortas caseras, empanadas, gaseosas, patys, panchos y tortas fritas sumaban más colaboraciones. Antes de empezar le entregaron la primera medalla y un ramo de flores a la presidenta del club, una chica de unos 30 años que agradeció con lágrimas de emoción de ver a tanta gente colaborando con dicho evento. Luego llegaron los sorteos ylas actividades. Tres de la tarde nos retiramos. Beni feliz con sus medallas y junto a Paula y Renata nos fuimos a comer a una pizzería. Pensaba después en ese club, en donde se recibieron las donaciones para los inundados de La Plata. Fueron varios días que no paraban de llegar auto tras auto de diferentes lugares de zona sur. Todo el barrio colaborando. Orgullo de ver a los pibes del cole de mishijos planeando ir a la salida para colaborar. Unos bajando las bolsas de los autos, otros organizando el tránsito. Otros separando por categorías. La llegada de los camiones. Todos cargándolos luego entusiasmados. Emocionados y felices de sentirse útiles.
Al llegar a casa me tiré un rato en el sillón a ver la tele, me quedé dormido y a eso de las 5 y media suena el timbre. En la casa de al ladofuncionó un estudio jurídico y ahora cada tanto la usan para reuniones políticas y acopio de boletas para su distribución en época de elecciones. La dueña es abogada y de esas personas que piensan que todos deben estar a su servicio. Ya la mandé al carajo varias veces ante planteos ridículos pero parece sigue sin entender. El caso es que quien tocaba el timbre era una empleada mandada por ella,pidiéndome si por favor podía cederle la clave del wifi por un trabajo importante durante el día domingo. Le contesté, para sacármela educadamente de encima, que la verdad no sabía cuál era la clave. La compadecí por tener que trabajar con esa señora, como alguna vez compadecí al marido después de una discusión estúpida y despidiéndolo con las palabras: -Bueno, peor está usted que la tiene que...