AQUEL SUSPIRO

AQUEL SUSPIRO…

Entonces la hoja de papel emprendió su vuelo con suma ligereza, mientras una pequeña brisa la perseguía. Unos metros detrás se escuchaba un respiro agitado: “Espera, no te vayas”exclamó, mientras la hoja continuaba deslizándose sin vergüenza por los recovecos de aquella calle. Sin ninguna obligación, la hoja huía cada vez más y más lejos de aquella vocecilla. De pronto, unasombra negra aniquiló el vuelo de la hoja de papel. La hoja luchaba por retomar el vuelo, pero no tuvo más remedio que rendirse, tras enfrentarse a una fuerza mucho mayor. Por fin tras unos segundos,sintió como aquella fuerza finalmente la liberó, y poco a poco entre la bulla y la brisa, una mano fuerte, varonil, la levantó y la miró con intriga. Volteo a todos lados, pero no lograba descifrar aldueño de esa hoja. A la vuelta de la esquina se asomó una pequeña zapatilla, rosa, pequeña, desesperada y con ella un suspiro que decía "Regresa."

Aquel héroe que evitó que la hoja sufriera una tragediamayor quedó asombrado, mientras observaba como aquellas zapatillas se aproximaban, entonces pudo distinguir aquellos rasgos, los rasgos más hermosos que había visto. Piernas como las de una gacela,elegantes y ágiles, cinturilla diminuta, como la de una pequeña abeja y el rostro de una muñequita de porcelana. Ahí, parado en medio de la calle, inmutado, solo observaba, mientras las zapatillaschasqueaban contra la banqueta cada vez más cercanas.

Santiago yacía ahí, parado en la calle, con la mirada fija, viendo lo que él creía era un ángel. "Gracias" se escuchó con un tono dulce y cordial."¡Me salvaste la vida!" No hubo respuesta.
Entonces nada. Nada. Nada pasaba por la cabeza de Santiago, hasta que de pronto la chica lo tomo de la mano y pronunció un genuino "¿Estás bien? Nada.Absolutamente nada. De pronto lo sacudió aquella chica, entonces Santiago respondió, "¡Perdón! ¿Supongo que esta es tú hoja no? La chica se sonrojó y asintió sutilmente, entonces los pómulos de ambos se...