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Nuestro mundo es cada vez más silencioso. Silencioso no de ruido, sino de afectos y voces. En la llamada sociedad de la comunicación cada vez comunicamos menos.
Nos unos a los otros; en ocasionesal encontrarnos por la calle, nos vemos de reojo y apresuramos el paso; corremos para ser los primeros en llegar al asiento; competimos, nos rebasamos, pero no nos hablamos, y ya en el autobús si poruna distracción inocente las miradas coinciden, nuestras cabezas se vuelven inmediatamente hacía otra parte, avergonzadas, y pudiese parecer que el ideal es no vernos, no notarnos.
En una ocasiónleía un artículo sobre las comunidades virtuales. Y me encontré con un caso particular de una fanática. Ella confesaba orgullosamente que la computadora para ella tenía mucho más vida que sus amores yañadió que de vez en cuando le decía a su monitor con ternura y cariño que le hablara…
También menciono “Cuando estas presionado no debes permitirle a tu mente que vagabundeé, que se abandone a lospensamientos, lo pensamientos molestan al ordenador. Los pensamientos desaniman a los bite. Un bite se va, se disuelve, tal vez no regrese nunca. Estás creando un hoyo en tu computadora con la malditadetención de pensar. ¡No hables!, los seres humanos no sirven, lo que debes hacer es sincronizarte con la máquina, sincronizarte con lo seres humanos no te sirve es sinónimo de romper tu procesomental con el trabajo de tu computadora.”
Quizás a muchos les pueda parecer una locura y una exageración, Pero puedo poner ejemplos muy claros de los que no nos hemos dado cuenta. Desde que las películasse hicieron sonoras hay que callar en el cine; frente a la televisión es preciso guardar silencio; cuando el radio esta encendido tampoco se habla; mientras navegamos por internet nos encerramos cualfuésemos animales heridos y por si fuera poco callamos también con los de nuestra misma especie. Y lo peor es que ya muchos de nosotros no sabemos distinguir entre un amigo cibernético y un amigo...