Aventura En Otoño

No pasa un solo día sin pensar en aquellas horas en la playa o en la piscina con mis amigos, o en aquellas charlas en el espigón mientras pescábamos. Ahora toca volver a la rutina, a las noches sindormir por culpa de los malditos deberes o exámenes, o de los trabajos que no terminan nunca, o de esforzarte para que después solo saques un mísero 3 o 4 y, con suerte, a veces pasas del 5, deexpulsarte de clase o ponerte una “A” cuando tú no has hecho nada, “¡Que ha sido el de atrás!” O empieces a poner excusas similares; a empezar a olvidarte sin querer de algunos deberes, de perder losnervios, de intentar aprobar todo para que tu padre no te borre de lo que más te gusta, por ejemplo del futbol, porque es lo único que puedes hacer con tus amigos, ya que no te dejan salir los viernesporque tienes que ordenar la habitación. Y es que para mí el futbol es mi pasión; un día sin futbol y nos soy persona. Pero en aquel otoño no seria así.

Era un día gris y salí a dar una vuelta con elperro. De camino a casa empecé a sentir que él estaba muy cansado después de la dura caminata que nos habíamos “pegado” y de repente oí disparos y me acerqué sigilosamente para no levantar sospechas.Vi como intentaban matar a un pobre animal. Yo no podía permitir que lo mataran y me fui corriendo a casa a dejar al perro y a coger la poket (moto pequeña) y volví rápidamente. Me acerqué más sinhacer mucho ruido y vi como el pobre animal conseguía escapar y se escondía en el bosque.

Sin pensármelo dos veces me adentré a buscarlo. Los malos los que lo querían matar vieron como lo iba abuscar y empezaron a perseguirme con un jeep pero, gracias a mi astucia, les pude dar esquinazo y pude esconderme entre unos matorrales.

En ese instante gire la cabeza y vi al pobre animal. Era uncaballo y le habían alcanzado en una pata. Lo curé como pude y busqué un refugio para poder escondernos.

Unos metros más allá había una cabaña bastante grande y al lado había un establo. Decidí que...